
La filosofía colombiana tiene una larga y rica historia que se remonta a la época colonial. Los primeros filósofos colombianos fueron influenciados por la escolástica, pero a partir del siglo XIX comenzaron a adoptar corrientes filosóficas europeas como el idealismo, el positivismo y el marxismo
Algunos de los filósofos colombianos más destacados son:
Nicolás Gómez Dávila

Fue un pensador conservador que se opuso al liberalismo y al modernismo. Su obra, escrita en forma de aforismos, es una reflexión sobre la condición humana, la política y la sociedad.
Estanislao Zuleta

Fue un filósofo, sociólogo y ensayista que se interesó por la filosofía de la praxis y la teoría crítica. Su obra, centrada en la realidad colombiana, es una crítica a la sociedad capitalista y a la violencia.
Rafael Gutiérrez Girardot

Fue un filósofo, ensayista y crítico literario que se interesó por la filosofía de la historia y la estética. Su obra, que abarca desde la filosofía alemana hasta la literatura latinoamericana, es una reflexión sobre la cultura y la sociedad.
Santiago Castro-Gómez

Es un filósofo, sociólogo y crítico cultural que se interesó por la filosofía de la liberación y la teoría de la colonialidad. Su obra, que aborda temas como la globalización, el poscolonialismo y la identidad latinoamericana, es una crítica al pensamiento eurocéntrico.
Laura Quintana Porras

Es una filósofa colombiana que aborda temas de movimientos sociales y construcción de paz, afectos y filosofía política, estética y prácticas de memoria en Colombia.
Su perspectiva filosófica se basa en el diálogo transdisciplinar entre el cine, la literatura, la antropología, sociología, entre otros, a través de una metodología que denomina composición.
Es filósofa de la Universidad de los Andes e hizo maestría y doctorado, también en filosofía, en la Universidad Nacional de Colombia. Su campo de estudios predilecto ha sido la relación entre la política y la estética, entendiendo la estética no sólo como reflexión sobre el arte sino también sobre la experiencia sensorial y afectiva.
De acuerdo con su biografía, su investigación la ha llevado a preguntarse cómo se forman los sujetos políticos, “es decir, cómo y por qué los individuos y las sociedades se organizan y se definen políticamente, y cómo se configuran las prácticas emancipatorias, es decir, cuáles son y cómo surgen las formas de resistencia política, entre otras cuestiones”, destaca la filósofa.
Mucho de mi trabajo es interdisciplinario y dialoga con antropología, literatura, cine y artes plásticas, pues estas expresiones permiten captar otras formas de la experiencia inaccesibles para la filosofía tradicional.
Sus trabajos más recientes están encaminados a comprender las afectividades políticas, es decir, los “estados emocionales” de la colectividad, particularmente centrado en la rabia y el resentimiento, pues ha manifestado que le interesa distinguir estos dos afectos, “comprender en qué casos son destructivos y en qué casos no lo son, y cómo cada uno mueve a la acción política”.
En 2019 recibió la mención honorífica fundación Alejandro Ángel Escobar en la categoría de ciencias sociales y humanas por su libro Política de los cuerpos: Jacques Ranciére y las torsiones de la emancipación, convirtiéndose en la primera mujer filósofa en ganar dicha distinción.