Por: Editorial El Clavo.

El ghosting es, quizás hoy en día, la mayor demostración de cobardía en las relaciones, y sin conocerte sé que ya lo has hecho, o peor aún, te lo han hecho a ti, dejándote con un sinfín de pensamientos que sólo destruyen la posibilidad de seguir teniendo la esperanza de poder encontrar un buen amor.

¿Desde cuándo el ignorar se volvió más costumbre que el amar? ¿Desde cuándo el compartir con una persona momentos de ternura y pasión se volvieron cenizas en una chimenea que ya no quiere encender? Todo esto parece ser a causa del amor fugaz que los seres humanos estamos empezando a sentir últimamente.

Estamos enseñados a vivir en una inmediatez que fue traída con el internet, las telecomunicaciones y, claro, la prensa. El habernos metido de lleno un mundo guiado por la información que más rápido llegue, puede ser la razón por la que esa misma interacción con las personas nos lleve a un constante aburrimiento ante quienes nos interesa en su momento.

Pero claro, esto va de la mano de la cobardía. Sí. Si has hecho ghosting es porque no tienes los pantalones, o las faldas, bien puestas para hablar las cosas y quedar de buena manera con esa persona con la que compartiste un momento de tu vida.

Esto también tiene mucho qué ver con los grandes problemas de autoestima que hoy por hoy se ven en los jóvenes, donde la falta de responsabilidad afectiva por terceros hace que las personas se creen en sus cabezas problemas enormes que afectan también su forma de percibir, dar y recibir amor por parte de otros. El no tener la capacidad de hablar con personas sobre lo que realmente sentimos nos encierra en un ataúd de madera que pronto se esconderá bajo tierra.

Ya bajo tierra habrá personas que se queden pensando en nosotras, otras que se podrán hacer daño por nuestra ausencia… sin embargo, siempre habrá quienes son un poco más fuertes y sólo aceptan la realidad, creando en sí mismos una coraza que después será su talón de Aquiles para no poder amar de verdad.

Explico esta parte, el hecho de que no nos duela cuando alguien nos hace ghosting es, en su máxima expresión, que estamos siendo “fuertes”, que nuestro corazón está siendo encapsulado en una armadura que no será fácil de quitar luego.

Con el tiempo, esta coraza se vuelve invencible, lo que impide el hecho de que se pueda llegar a amar, generando nuevos ghostings.

El no tener los pantalones para poder hablar con las personas sobre lo que sentimos o dejamos de sentir sólo nos lleva a una autodestrucción fuerte y opaca, además de que estamos creando nuevos cobardes en el mundo. Esto sonará cliché, pero el destino del amor está en ti. Habla, comunícate, no esperes a que el tiempo pase, sino que acepta las situaciones en las que vives y todo lo que significan para ti.

Hazle el quite al ghosting. Odia ese nuevo mecanismo de cobardía entre jóvenes. Crea nuevos métodos de fuerza y voluntad en tu corazón, y cree en el amor. El amor es lo único que nos salvará.