Por: Jonathan David Tangarife Quintero.
Revista El Clavo.

El pasado 11 de septiembre el presidente Gustavo Petro anunció que a corto y mediano plazo se incrementará el precio de la gasolina en el país, pero que los derivados del ACPM (diesel corriente) no se verán afectados en este sentido. A continuación le explico el ABC para comprender lo que está sucediendo en torno a este tema tan coyuntural.

Desde el informe de empalme difundido por el equipo del entonces presidente electo Gustavo Petro, se dio a conocer que el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) dejado por el gobierno de Iván Duque era preocupante: en total estamos hablando de 40 billones de pesos que dejó de pagar el gobierno pasado. Ahora, con el anuncio de Petro, el país sí empezó a tomarse en serio el problema y ahí sí salió el MinHacienda de Duque, José Manuel Restrepo, a decir que dicho déficit en realidad no existe como lo plantea el gobierno actual; si así fuese, ¿por qué entonces no lo desmintió hace aproximadamente 2 meses cuando se incluyó dicha información en el empalme entre ambas bancadas?

Si se preguntan por qué Duque dejó tal hueco en el FEPC, la respuesta es sencilla: subir el precio de la gasolina trae consigo un alto costo electoral (pérdida de apoyo y votos), así que el entonces títere pensó que con eso bastaría para no ser considerado como el peor presidente de la historia de nuestro país: se equivocó.

El déficit ya mencionado trae dos consecuencias principales: primero, que el hecho de que el Estado subsidie 40 billones de pesos por gasolina genera que no haya suficiente dinero para combatir otras problemáticas como las altas tasas de mortalidad infantil, sobre todo por desnutrición. Y segundo, que el precio de la gasolina tenga que ser elevado con mayor rapidez y contundencia.

Cabe resaltar que el incremento de los precios de este combustible será progresivo y que, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (documento que es presentado por el Gobierno Nacional anualmente) el precio de la gasolina podría ascender hasta los $10.000 de aquí a que termine el 2022. Por otro lado, actualmente el galón cuesta aproximadamente $9.500 y, según Juan Carlos Vélez Uribe (presidente de la Federación colombiana de distribuidores de derivados del petróleo, Fendipetróleo), este precio podría ascender progresivamente hasta los $16.000.

En lo que respecta a los derivados del ACPM y su no inclusión en el alza de precios, es posible decir que, aunque no se le haya dado la relevancia mediática suficiente a este aspecto, resulta fundamental comprender su importancia:

“Incrementar el precio del ACPM conlleva a afectar directamente el empleo y aumentaría el valor de la canasta familiar, ya que tiene un impacto más amplio sobre los costos de producción. Por tal motivo todo lo que movemos subiría de precio”, señaló Juan Carlos Bobadilla, presidente de la Asociación Nacional de Camioneros. Esta declaración brinda tranquilidad y esperanza para todos los colombianos y colombianas, ya que una de las preocupaciones alrededor del anuncio presidencial era precisamente el posible incremento de los precios de los alimentos, lo cual igualmente puede llegar a suceder, pero no de manera drástica.

En conclusión, la medida de subir el precio de la gasolina es un mal necesario, más que nada debido a la ineptitud e irresponsabilidad del gobierno anterior. A diferencia de la exageración desmedida adoptada por los medios de comunicación tradicionales a la hora de abordar este tema, dicho anuncio se materializará de manera gradual y el dinero que se venía destinando a subsidiar la gasolina en un futuro cercano podrá emplearse para combatir aspectos como la mortalidad infantil. No se dejen engañar, lean, investiguen y contrasten información antes de comerse entero todo lo que publican medios como Semana y RCN.