
El madridismo, en general, siempre se ha caracterizado por ser desagradecido
Por: Jonathan David Tangarife Quintero.
El pasado fin de semana tuvo lugar el derbi madrileño entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en el Wanda Metropolitano. Para la sorpresa de muchos, el encuentro finalizó 3-1 a favor de Los Colchoneros, y el juego y la estrategia táctica de los blancos dejó más incógnitas que respuestas, siendo Carlo Ancelotti, el director técnico, el principal señalado por aquella dura derrota. Pero junto al DT italiano también fueron juzgados varios miembros de la plantilla, entre ellos Rodrygo Silva de Goes.
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Rodrygo es una de las grandes promesas para el presente y el futuro que ha exportado Brasil durante los últimos años. Con apenas 17 años, el Real Madrid le pagó al Santos, equipo donde el brasileño demostró sus habilidades inicialmente, 45 millones de euros por su fichaje, el cual se terminó de hacer efectivo apenas en el 2019, con su llegada oficial al equipo merengue, luego de haber cumplido la mayoría de edad. Apenas un año antes, en el 2018, había arribado a la capital española otra joya proveniente del país del joga bonito, Vinicius Jr.

Quien primero empezó a hacerse un lugar en el primer equipo, fue Vini, quien desde su primera temporada comenzó a sumar minutos, y poco a poco se fue afianzando en el once titular gracias, en parte, a las constantes lesiones de Eden Hazard. Sin embargo, Rodrygo también fue sumando oportunidades para demostrar su calidad desde la temporada en la que llegó (2019-2020) y dejó algunos precedentes de su mística en la Champions League, la cual terminaría de afianzar unos años más tarde.
En la actualidad, con solo 22 años, Rodrygo ya puede decir que forma parte de aquellos privilegiados que han ganado todo lo ganable con el mejor equipo de la historia. De igual manera, sus cuatro años de recorrido profesional con Los Merengues parecen no ser suficientes para aquellas personas que, particularmente desde hace unos días, lo están tachando como uno de los grandes responsables del mal rendimiento del equipo, sobre todo en ataque. Aquí vale la pena aclarar algo: es cierto que muchos esperábamos y queríamos que fuera Rodry quien se echara el equipo al hombro tras la lesión de nuestro jugador más importante, Vinicius Jr. También es cierto que dichas expectativas no fueron satisfechas por el 11 del Madrid, pero, ¿realmente hay que caerle encima por una mala seguidilla de partidos? ¿Su pobre rendimiento recientemente amerita olvidar los grandes momentos que nos ha regalado este jugador? Yo opino que no.
El Real Madrid como institución ya se ha caracterizado en diferentes casos por ser desagradecido con sus leyendas. Sin ir tan lejos, jugadores como Iker Casillas (el mejor portero de la historia del Madrid) y Cristiano Ronaldo (el mejor futbolista de la historia de Los Merengues) salieron por la puerta de atrás, con homenajes protocolarios que se quedaron exageradamente cortos si los comparamos con el legado que ambos dejaron en el club.
Pero el tema no queda ahí, la misma afición madridista, lastimosamente, también suele ser desagradecida y acostumbra a juzgar a sus grandes jugadores solo por su presente, aún cuando este no pesa más que sus buenos antecedentes recientes.
Un ejemplo clarísimo de esto último es lo sucedido en la Champions League 2016-17, en la cual, luego de anotar uno de sus tres goles aquella noche contra el Bayern Múnich en los cuartos de final, Cristiano Ronaldo mandó a callar al Santiago Bernabéu, sí, a su propia gente, ya que desde hace tiempo venían cuestionando su nivel y ¡silbándolo!; como leen, la afición madridista venía chiflando al mejor jugador de su historia, y al que hizo posible que aquella edición, la 2015-16 y la 2017-18 terminaran en las vitrinas merengues. Si eso no es ser desagradecido, ¿qué es entonces?
Luego de sellar el pase a las semifinales con su hat-trick, el astro portugués declaró para Antena 3: “Lo único que pido al Bernabéu es que no me silbe, porque siempre doy lo mejor en cada partido y aunque a veces no haga goles siempre intento trabajar y ayudar al Real Madrid”.

Y no, no apoyo la idea de vivir del pasado, pero sí soy partidario de colocar en una balanza lo bueno y lo malo que ha hecho un futbolista antes de sacar conclusiones, cosa que no hace la afición del Real Madrid. Obviamente hay quienes sí saben reconocer y agradecer a sus grandes jugadores, pero son más los que se dejan llevar exclusivamente por lo negativo.
Algo similar está sucediendo hoy en día con Rodrygo, quien lógicamente no puede ser comparado en ningún sentido con Cristiano Ronaldo, pero que sí ha sido uno de los futbolistas más importantes del equipo desde hace un par de temporadas.
Gran parte de la fanaticada madridista parece haber olvidado quién fue el héroe principal de aquella remontada mágica contra el Manchester City el 4 de mayo del 2022. Parece olvidar que fue aquel astro brasileño el que nos enseñó, una vez más, que siempre debemos creer hasta el final. Parece olvidar que fue Rodrygo quien anotó un doblete en dos minutos (90’ y 91’) y quien nos regaló una de las noches más bonitas de nuestras vidas. Ese mismo día Rodrygo demostró que lleva el ADN del Madrid en su sangre y que tiene calidad suficiente para marcar época en el fútbol mundial.

Sin embargo, lo sucedido con Rodrygo demuestra que, en muchos casos, no importa qué tantas cosas buenas hagas, si cometes un error, serás recordado por ello. Confío en que la afición recapacite y aprenda a valorar a sus propios jugadores, hay una gran diferencia entre ser autocríticos y ser desagradecidos. También tengo la esperanza de que Rodrygo (y todos los demás, incluso) sepa encontrar su lugar dentro del equipo, sobre todo teniendo en cuenta que esta temporada se está poniendo a prueba un sistema ofensivo totalmente diferente al habitual. Tiempo al tiempo, los jugadores calidosos tienen el fútbol en la sangre, y Rodrygo ya demostró en más de una ocasión que él forma parte de esos jugadores distintos, tocados por una varita mágica.
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