Por: Juan Manuel Alcalde Ríos e Isabela Santamaría Rojas.

Un fantasma recorre Villapaz: el fantasma del 28 de Diciembre, que se empieza a sentir desde el 20. Ubicado en la zona sur plana de Jamundí, Villapaz es uno de los 19 corregimientos que hacen parte de este municipio. Es un lugar mágico, definitivamente, ya sea por su cultura, sus tradiciones culinarias, sus paisajes, o su gente; que no importa de dónde seas, te hace sentir como en tu propio hogar.

Foto cortesía de: Victor González Urrutia.

Fue fundado en 1892 por cinco familias (Balanta, Sandoval, Peña, Carabalí, Mezú) emancipadas de la esclavización, como nos cuenta Víctor González Urrutia: cineasta, investigador y habitante del corregimiento. Familias que llegan a este terruño que ellos mismos compraron y que sería su nuevo hogar, donde con el paso del tiempo darían lugar a una manifestación cultural muy poco conocida pero que está más vigente que nunca.

Es difícil encontrar manifestaciones de este tipo que se mantengan en el tiempo como esta, y aunque debido a cuestiones de seguridad, este año por primera vez se vio cancelada. Vale la pena resaltar cómo y de qué se compone, la tradición que con tanto ahínco, habitantes como doña Francisca Moreno, con más de 90 años, han llevado a cabo sagradamente cada 28 de diciembre: “el día de los santos inocentes”.

¿Qué elementos componen la celebración del 28 de diciembre?

El desarrollo de esta fiesta tiene diferentes elementos que cumplen un rol específico, a continuación un resumen de los más importantes para entender esta práctica cultural que lleva más de 100 años vigente:

Comité Organizador: Constituido por habitantes, tiene una rotación anual de casi todos sus miembros, quienes se encargan de la compleja logística que va desde la recolección de fondos, cronograma de actividades, vigilancia y hasta la seguridad. 

Los Píramos: Personajes disfrazados que representan la represión, pero al mismo tiempo también son los personajes burlescos que cometen inocentadas, bromas, y quiénes se encargan de ‘juetear‘ a todos los que participen. Equipados con máscaras, trajes, y un rejo elaborado en cuero de res, son uno de los  elementos principales de la celebración del 28 de diciembre.

La pucha: Es una construcción coloquial del lenguaje y el término hace referencia a una cantidad, es decir, un poquito de algo, un ‘puchito’. Desde el 20 de diciembre el comité organizador se pasea de casa en casa recolectando ‘el puchito’ (dinero o alimentos) que cada familia comparte para la preparación de la comida. El plato por excelencia es uno típico de la zona rural plana de Jamundí: ‘Caigamos juntos’.

Toriadores: Los habitantes de Villapaz y los turistas, esperan el 28 de diciembre para ser parte del grupo de los ‘toriadores’, aquellos personajes que retan a los píramos. En particular este elemento es el más simbólico de todos. Los toriadores son la representación de una resistencia que, durante mucho tiempo han mantenido las comunidades afro en América y en el mundo. Interpretando de manera respetuosa las palabras de Víctor: “El toriador es la voz, la resistencia de toda una comunidad. A pesar de la represión, del castigo, del látigo, a pesar de todo esto, no me quitas lo que soy, no me quitas mi cultura, no me quitas la libertad y el orgullo de ser negro. Por eso nos reímos, por eso no nos duele”. El 28 es la esencia y resistencia de todo un pueblo, es la represión parodiada, la lucha de una comunidad sin temor.

La Alborada: Se recibe el Sol del nuevo día con música, despertando a toda la comunidad avisando que ya llegó el día, que ya llegó el 28. Esta alborada es la apertura de la celebración, y está acompañada por ‘Los Jugueritos’, grupo musical tradicional de Quinamayó (corregimiento vecino de Villapaz). Iniciando desde las 4 a.m y hasta las 7 a.m, en Villapaz no se respira una cosa diferente que la alegría del carnaval que trae ‘el día de los santos inocentes’.

La invitación: Una vez terminada la alborada el grupo de ‘píramos’, ‘disfrazados’ o ‘inocentes’ como también les dicen, van a las comunidades cercanas como por ejemplo, La Ventura, Quinamayó, etc. Haciendo más recolecta, avisando e invitando a todos a la fiesta.

28 de diciembre: A las 10 a.m se da oficialmente el inicio, salen los toriadores, llegan los turistas, hacen presencia los píramos, se monta la olla, se acompaña con música y el carnaval en honor a la resistencia despliega su esencia.

Por supuesto existen algunas reglas, no se le da juete a quién no quiere, pero hay que saber que visitar a Villapaz un 28 de diciembre es estar dispuesto a ser parte de todo, es por eso que cuando llegan también los turistas. Cuenta Víctor que se les da un juetazo de bienvenida, y es con cariño; pues como bien dice Carlos Rodríguez “El diablo”, Decimero colombiano, y quien yo me tomo el atrevimiento de trasladarlo a este contexto y parafrasearlo: “Los azules, los amarillos, los blancos, todos son negros y lo son porque están en este territorio que es de todos”. Esto también se vive en Villapaz una vez que participas, es un carnaval para todos sin importar nada más que su disfrute.

Existen muchas anécdotas alrededor de este día, por ejemplo, cuenta Víctor que existió un hombre que se ganó un puesto en la memoria de toda la comunidad. Carlos Emiro “Cancho”, un personaje enigmático que había creado una gran expectativa año tras año, hasta el punto de que desde el inicio del día 28 todo el mundo estaba esperando y averiguando por la hora de la llegada de “Cancho”.


“Cancho” llegaba tipo 3 p.m. el momento del clímax, equipado con una camisa y un short, entraba a toriar a los píramos y recibía juete como ninguno, como nadie. Después de su fallecimiento hace aproximadamente 16 años nadie ha podido ocupar ese lugar, nadie aguantará tanto juete como el “Cancho”

Testimonio de Victor González Urrutia


Hasta las 7 de la noche hay juete y es cuando empieza la rumba, la música, la bebida y la comida, que ya se siguen hasta donde el cuerpo aguante.

– 29 de diciembre: Víctor relata que el 29 de diciembre salen los niños bien temprano a realizar su propia recolecta, su propia pucha. Esto, cuenta él, es el recibimiento del legado de la tradición. Los niños no participan ni como píramos ni como toriadores en el festejo del 28, pero desde temprana edad se van formando para ser ellos los nuevos toriadores, los nuevos píramos, los nuevos organizadores de una tradición que tiene más de 100 años y que es la esencia de su pueblo.  

Enorme gratitud a Víctor González Urrutia quien ha compartido sus conocimientos y toda la información que ha sido el fruto de años de investigación, realizador del Documental “Píramos” donde se relata de manera más profunda todo lo relacionado con el 28 de diciembre. Pero sobre todo gracias por compartirnos sus saberes, sus sentires que ya son parte de su legado, de su resistencia.

Y es que, en sus palabras, para su gente y su tierra: “El 28 es Villapaz, su esencia, es como cuando los negros escuchan un tambor, corre todo por sus venas, lo llama a participar, a vivirlo, a disfrutarlo”