Leire Malkorra descubrió una pieza metálica durante la excavación de una vivienda del poblado de Irulegi el 18 de junio de 2021. Lo que parecía ser parte de un casco terminó siendo una mano de bronce con la peculiar inscripción en lengua vascónica.

ES la historia de una mano que ha pasado por muchas manos. Por ejemplo, por las del epigrafista que realizó la inscripción combinando líneas y puntos en el siglo I aC o las de los vascones que la colgaron en su vivienda con el deseo de atraer a la buena suerte. Ahora, después de 21 siglos oculta bajo los restos de un poblado de Irulegi que acabó bajo las llamas en las Guerras Sertorianas, la mano volvió a sentir el calor humano.

La pieza de bronce escondía una mano

Sin ser consciente de ello, la primera en agarrarla fue Leire Malkorra, que encontró un trozó de bronce el 18 de junio de 2021 durante la excavación de una de las viviendas del antiguo poblado de Irulegi. “Fue un día como otro cualquiera cuando descubrí la pieza. Con mucho cuidado, empezamos poco a poco a quitar la tierra de alrededor y acercándonos y ya vimos que tenía un tamaño bastante interesante. Como era muy fina, había que tener mucho cuidado, así que la sacamos y la metimos directamente a la bolsa. No estuvimos cogiéndola ni tocándola para no cambiar nada”, explica.

“Hace mucha ilusión sacar la pieza”

Infografía: Sociedad de Ciencias Aranzadi

Leire Malkorra no puede ocultar su alegría por haber descubierto la lámina. “Aunque sea un trabajo en equipo, siempre te hace ilusión ser tú la que saca una pieza valiosa. Para mí, estar aquí trabajando en Irulegi ya es un privilegio con todo lo que estamos descubriendo. Y, claro, encontrar una pieza así me hace sentirme todavía más privilegiada. Cuando me dijeron lo que era se me saltaban las lágrimas y todo”, confiesa Malkorra, que participa todos los veranos en las excavaciones que se realizan en el poblado desde 2018 bajo las órdenes de Mattin Aiestaran.

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“Veíamos que era una pieza valiosa, pero ni de lejos pensábamos que pudiera suponer esto. Ha sido una sorpresa muy positiva para todos”, asegura Aiestaran. “Después de desenterrar la lámina de bronce, que nos costó un día y medio, pasamos el testigo al equipo de restauración como hacemos con todas las piezas”, explica el director de la excavación.

De aplique de casco a mano

La lámina fue entregada al depósito arqueológico del Gobierno de Nafarroa junto al resto de materiales un 13 de julio. Entonces comenzó la labor de Berta Balduz, técnica superior restauradora de patrimonio histórico, que habló en representación de todo el equipo. “En una visita rutinaria a Irulegi, Mattin Aiestaran nos enseñó los materiales que habían aparecido. Por aquel entonces, la mano no parecía una mano y le llamábamos aplique de casco, que era la decoración típica para esa época. Pensábamos que podía ser algo parecido a las alitas del casco de Astérix. Vimos que podía tener valor y solicitamos su estudio”, señala.

La pieza pasó a manos de la restauradora Carmen Usúa para su análisis minucioso. Fue ella la que encontró la excepcional inscripción el 18 de enero de 2022. “Nunca me había encontrado con algo igual. Empecé a limpiar y, cuando vi que estaba decorada y que contenía una inscripción, lo notifiqué de inmediato. Al ser una pieza tan frágil, debía tener mucho cuidado a la hora de intervenir en cualquier letra. Es la primera vez en toda mi trayectoria profesional que encuentro una escritura tan completa como esta”, remarca.

Después de confirmarse la presencia de escritura, se contactó con el filólogo navarro Javier Velaza y con el experto en paleolingüística Joaquín Gorrochategui. Ambos realizaron la autopsia de la pieza a puerta cerrada y el resultado ya lo conocen.

La pieza de 143 milímetros de altura y 127 mm de ancho contiene el texto más antiguo escrito en lengua vascónica y demuestra que los vascones utilizaban un sistema gráfico propio derivado del signario ibérico.

Deia.