En el país, cerca de tres millones de jóvenes que no estudian ni trabajan ven limitado su bienestar y calidad de vida.

En Colombia, la incertidumbre ha impactado en el acceso formal a las nuevas generaciones en diferentes puestos de trabajo que contribuyan a su desarrollo personal, económico y profesional.

En ese orden de ideas, la Fundación Forge habló del estado actual del mercado laboral en los jóvenes colombianos, el acceso a formación y retos para los próximos años.

Según la directora de Perú y Colombia, María José Gómez, explicó que “la situación actual a la que se enfrentan los jóvenes ha sido fuertemente impactada por distintos acontecimientos, como la pandemia, las crisis económicas y la automatización del trabajo. Estos hechos han sido obstáculos que han limitado el acceso formal a un trabajo para muchas personas, especialmente para aquellos que están iniciando su vida laboral”.

Según los indicadores del mercado laboral 2022 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia existen alrededor de 11 millones de jóvenes en edad para trabajar, pero solo el 41,2 % tienen una ocupación formal o informal, mientras que el porcentaje de población en inactividad es del 46,5 %.

Lo que demuestra estos datos es un panorama poco esperanzador para el futuro de las personas entre los 14 y 28 años, ya que cerca de tres millones de jóvenes que no estudian ni trabajan ven limitado su bienestar y calidad de vida.

En cuanto al porcentaje de desempleo en las nuevas generaciones, en junio de 2022 este llegó al 18,4 %, siendo las ciudades de Montería (26,7 %) y Quibdó (24,4 %) aquellas con mayor nivel de desempleo a nivel nacional.

Además, en el informe presentado por GOYN se explica que existe un reto adicional para aquellas poblaciones que anteriormente tenían mayores dificultades para acceder al mercado laboral como: mujeres jóvenes, migrantes, jóvenes con discapacidad, pertenecientes a la comunidad LGBTQ+, entre otros.

Por ejemplo, en el caso de la ciudad de Bogotá, el 58 % de las personas que no estudian o trabajan son mujeres, representando una problemática que debe ser abordada también con un enfoque de género.

Asimismo, se han hecho recomendaciones para abordar la problemática de una forma más integral como: implementar programas de fortalecimiento y nivelación en competencias escolares, orientación socio-ocupacional, despliegue de las habilidades socioemocionales en las etapas escolares, incentivar procesos de intermediación laboral formal, entre otros.

“El gran desafío es afrontar los cambios sociales y poblacionales que influyen en el desarrollo profesional y académico de las personas. Una de las bases para abrir el panorama de oportunidades es contribuir a la formación de los jóvenes desde programas como “Tu Futuro” de Forge. Este año otorgamos más de 500 becas en el país para que personas entre 18 y 24 años puedan desarrollar habilidades blandas y estar capacitados para lograr un desempeño mucho más eficiente en el mercado laboral”, indicó María José Gómez.