
Hace unas semanas me propuse desmitificar el imaginario sobredimensionado del tamaño del Estado en Colombia, en términos de la cantidad de servidores públicos que lo componen, y hoy pretendo ahondar en la caracterización del talento humano al servicio de los colombianos.
En primer lugar, debo aclarar que los datos que relacionaré en esta columna son extraídos directamente del Sistema de Información y Gestión del Empleo Público -SIGEP, administrado por el Departamento Administrativo de la Función Pública, en el cual reposan las hojas de vida de todos los servidores públicos del país y que es alimentado con la información ingresada tanto por los servidores públicos como por los respectivos jefes de talento humano de las entidades estatales.
De esta forma, de la data del SIGEP, se concluye la organización institucional y las características de las personas al servicio del Estado, convirtiéndose en insumo para la formulación de políticas y la toma de decisiones por parte del Gobierno Nacional.
Recordemos que Colombia cuenta con 1.318.729 servidores públicos. Quiero entonces, comenzar por indicar que el 52% son mujeres. Cifra que ha venido en aumento en concordancia con la implementación de las políticas de equidad de género y la normativa y programas asociados al empoderamiento de la mujer en cargos de toma de decisiones.
Cabe mencionar que el Gobierno del Presidente Iván Duque, ha dedicado esfuerzos importantes en esta materia, no sólo para la vinculación de la mujer al Estado, sino para su ubicación en altos niveles de dirección, alcanzando hoy la cifra histórica de 46% de mujeres en cargos directivos.
Continuando con la descripción, se destaca que el 39% de los servidores públicos colombianos tienen entre 50 y 62 años; casi el 75% tienen 40 años o más; el 7% es mayor de 62 y el 4% es menor de 30 años. En cuanto al núcleo familiar, el 28% de los servidores se encuentran casados, el 14% en unión libre, el 28% son solteros y el 65% tiene al menos un hijo.
Con respecto al nivel de estudios, encontramos que el 55% es profesional; de la totalidad de los servidores, el 33% ha finalizado al menos un programa de posgrado en la modalidad de especialización y un 10% cuenta con formación técnica-tecnológica. Esto explica por qué el Estado no se detuvo y no fue tan traumático el paso de la oficina a la casa en la emboscada que nos produjo la pandemia.
Por supuesto, dependiendo del sector y la entidad pública, las necesidades de conocimientos específicos pueden variar, encontrando así los perfiles más altos en entidades técnicas. Por ejemplo, si nos enfocamos en los departamentos administrativos como el DANE, el DNP, el DPS y Función Pública, encontramos que el 87% de los servidores son profesionales y el 55% cuentan con al menos una especialización.
Así mismo, es interesante observar que los servidores que cuentan con estudios doctorales se encuentran principalmente en los sectores de salud y minas y energía, en organismos de control y vigilancia, en entes autónomos y en la Fiscalía General de la Nación.
Se dice que en Colombia los salarios de los servidores públicos son demasiado altos. Sin embargo, un servidor público tipo de todo el Estado recibe un salario básico promedio de $3.011.908 y en el caso de los servidores del nivel directivo, su asignación básica promedio es de $5.391.277, ratificando que en Colombia la principal motivación de los servidores en el Estado es servir con vocación para construir un mejor país.
En una próxima columna hablaremos acerca del compromiso constitucional con la meritocracia que ha honrado este Gobierno, ya que más de la tercera parte de los cargos que ha ofertado la CNSC, en toda su historia, han sido en este gobierno.