Nace en el 76, y es hijo de Ricardo Romero Sánchez, un ex militante del M-19 que posteriormente se convirtió en Alcalde del lugar de nacimiento de su hijo, Ipiales, Nariño. Desde allí, Camilo Romero se empezaría a entusiasmar por la vida política, aunque decide irse por el lado del periodismo. Es egresado de la Universidad Autónoma de Occidente en el programa de Comunicación Social y Periodismo, y de la Universidad Javeriana de Bogotá con una Maestría en Estudios Políticos.

Él, con un porte muy nariñense fundaría, como estudiante universitario de ‘La Capital’, un “movimiento político juvenil mamagallístico” -en sus propias palabras-, el cual llamó “Tienen Huevo”, siendo precursor de varios movimientos y partidos políticos indignados en el país.

En el 2002 se lanzó a la Cámara de Representantes en Bogotá, pero no le alcanzaron los votos. En 2010 intentaría volver a incursionar en la política como candidato al Senado por el Polo, generando sorpresas en el departamento por haber sido el cuarto candidato con más votaciones, llegando con 44 mil votos.

Luego, como Senador, hizo parte de los que desertaron del Polo y fundaron ‘Progresistas’, quienes ayudaron a Gustavo Petro para quedar como Alcalde de Bogotá. Ahora, siendo de la Alianza Verde, es uno de los principales líderes del grupo ‘Nueva Ciudadanía’.

En el 2013 se lanzaría a la precandidatura presidencial por la Alianza Verde, pero Enrique Peñalosa lo aplastó con más de 2 millones de votos. Luego, en el 2015, se lanzó a la Gobernación de Nariño, y su padre quedaría electo como Alcalde de Ipiales.

Gestión política en Nariño: Una revelación de la que no muchos están de acuerdo
Romero viene siendo el último de una herencia política, que ocultando nombres y escondiéndose entre alianzas, han perdurado en gobernación del departamento, además de que han puesto a un senador, por lo menos desde el año 2002, iniciando con el de la carita de buena gente, el hoy candidato a la presidencia.

Según el periódico El Tiempo, Camilo Romero generaría uno de los mejores Planes de Desarrollo para su departamento a nivel nacional. Además, en su gestión, creó y entregó la Secretaría de la Mujer.

También, adecuó y construyó varias vías importantes como Barbacoas y la terminación de la circunvalar Galeras; remodeló el estadio Libertad, y posicionó políticas públicas en defensa de la comunidad, según el Canal NTV. Allí, en ese mandato como Gobernador, también fue criticado por Juan Manuel Santos, el en ese entonces presidente de la República, por la demora y el constante aplazamiento de los procesos de sustitución de cultivos ilícitos.

Ahora bien, ¿recuerdan que había hecho uno de los mejores planes de desarrollo de Colombia? Pues todo quedó como la mayoría de políticas “buenas” que se generan en esta tierrita denominada país, donde la maleza no deja pelechar los buenos frutos.

El Estadio Libertad fue construido copiando al de Bucaramanga, sin contar condiciones climáticas y las estructuras físicas que ya estaban. Esto generó demoras en las contrataciones y las ejecuciones, además de que no se logró financiar rápidamente con los giros que debía hacer el Ministerio de Hacienda, por lo que se financió con dineros de la gobernación, situación que puso en jaque otros proyectos que estaban realizándose en el momento. Mala gestión, planeación y ejecución.

Según Página 10, “miles de nariñenses fueron afectados por la disminución drástica de recursos de regalías”.

En el 2018 la Fiscalía le imputaría cinco cargos por “por presuntamente haber cambiado las condiciones para la comercialización de 80 mil cajas de Aguardiente Nariño en el departamento en agosto del año pasado y que favoreció a una persona allegada al Gobernador”, según La Silla Vacía. Ante esto, no aceptó los cargos y aseguró que era inocente frente a la Corte Suprema de Justicia.

El escándalo, en síntesis, fue que la Gobernación, que era la encargada de distribuir el Aguardiente Nariño, repartió 80 mil cajas a la Organización de Licores de Nariño, empresa creada en el 2016 por varias personas, entre esas, Richard Portilla, quien aparece en varias fotografías con Romero. Lo extraño, es que la Gobernación no le vendió a Licosur, empresa a la que le venían vendiendo hacía varios años y sí a una creada recientemente por una persona cercana al Gobernador.

Romero se defendió diciendo que le entregó las cajas al primero que llegó y cumplió con los requisitos legales para su venta, así a estos se les hubiera fiado un porcentaje de la compra, mientras que Licosur pretendía adquirirlo de contado. Ante este embrollo, el simpático ‘gafufín’ aseguró que era “blanco de un sicariato judicial desde la Fiscalía” por pertenecer a la Alianza Verde.

El precandidato presidencial “diferente”
Al periodista, comunicador, amante de la vida y la naturaleza, se le vino el mundo al piso cuando se topó con la realidad colombiana. Quiso instalar una valla publicitaria de su precandidatura en Cartagena, pero la empresa sólo tenía un lugar en una zona donde la empresa privada obligaba a únicamente permitir propaganda política de derecha. Allí empezó a ‘tembelequearse’, tambalearse, a pullar para que, con lástima en las redes sociales, se le brindara un apoyo.

El año pasado se aliaría al Pacto Histórico, la gran montaña opositora que está tumbando al uribismo derechista del que está acostumbrado el país. Su incorporación en esta coalición se da luego de que Gustavo Petro, a quien él habría ‘ayudado’ a alcanzar su alcaldía de Bogotá, le hiciera una invitación formal para “unírsele al cambio”.

Según Camilo, “aquí estamos como diferentes, pero juntándonos con propósitos superiores, comunes como la paz, la lucha contra la corrupción, la defensa del medio ambiente, entre otros”, haciendo alusión a que ha discrepado con Petro en algunas ideas, pero que el objetivo final es el de acabar con la politiquería tradicional.

En esta alianza, que se hizo viral en el país, estudiosos de la política y analistas de la propaganda empezaron a soltar ideas al aire que se han ido adentrando en la mente de los y las ciudadanas… Camilo Romero podría ser la fórmula vicepresidencial de Gustavo Petro, quizás por su apoyo en su alcaldía de Bogotá.

“Con el ingreso de Romero, diferentes medios y analistas, asumieron que su estratégica combinación de opinión y respaldo político, lo convertían de facto en el «segundo» más fuerte” afirma La Oreja Roja.

Pero claro, al jovencito le gusta llamar la atención. El 10 de febrero del presente año encontró la manera de ponerse en la boca de los y las colombianas… sacó a la luz su “carro casa” en el que rodaría por Colombia y donde dormiría también mientras hacía su tour para conocer los municipios del país.

El vehículo, que incorpora también energía solar, es su mecanismo de innovación política para esta campaña, una que le ha costado mucho y que ha hecho que le empiecen a salir canitas desde ese cabello nariñense. “Vamos a recorrer el país de manera distinta por eso nuestro eslogan de Hazlo Diferente, Camilo Presidente” aseguró Romero.

Pero bueno, el nariñense que no come Cuy, al que no le gusta la comida de mar, que nada de espaldas y que desde el vientre de su madre era izquierdista, quiere llegar a un alto mando. Sea como presidente, aunque es muy poco probable, o como vice, que le caería como anillo al dedo para cobrarse la deuda que le tiene Petro. Es rebelde, porque ralentizó el proceso de sustitución de cultivos con glifosato. Amoroso, pero divorciado.

Sus tres pilares para el cambio en Colombia se basan en la ciudadanía -nada nuevo-, ambientalismo y animalismo -para llamar la atención de la nueva moda mundial- y la innovación -el mismo cliché de siempre-. Combatirá la pobreza para prevenir el robo y así luchar contra la inseguridad. Reformaría la Policía con el énfasis en la creación de una nueva confianza ciudadana, y posiblemente desmontaría el ESMAD. Apoya el aborto, la eutanasia y la legalización de las drogas en el país.

Es que ver esas gafitas tiernas, parecidas a las que usaba mi abuelo para leer, me da ternura. Es humanista y quiere la paz, por lo que buscaría la negociación continua con el Clan del Golfo y con el ELN, además de que buscaría mejorar las relaciones con Venezuela.

Sin más, es el candidato amigable, por el que muchxs votarían, pero el que no quedará. Un candidato que busca protagonismo, pero al que le falta calle. Un gran orador, con una voz cautivadora, pero al que le falta voz política. Es Camilo Romero, y quiere más poder.