Santandereano de nacimiento y patriota de corazón. Nunca le interesó la política hasta que le propusieron, en los 90, ser concejal de Piedecuesta, Norte de Santander, municipio donde nació. Un “viejito pero sabroso” de 76 años que sube como espuma en todas las encuestas sobre las votaciones presidenciales, sin salir de su casa y empijamado. Rodolfo Hernández es, sin duda, la mejor demostración de las nuevas formas de hacer política en el mundo, pero acá en este platanal llamado Colombia.

“El viejito tiktoker” como es llamado por muchos y muchas por tener alrededor de 258.000 seguidores y cerca de 1.800.000 likes, habla sin tapujos y en el mismo idioma que millones de colombianos… colombianos y colombianas que sólo se quejan de las robadas que les meten los políticos, de que pagan impuestos y no se ven los resultados, y de que agarren a los delincuentes y no duren ni 24 horas en la cárcel. Colombianos que no conocen sobre qué es la deuda externa, de qué es un PIB, de cómo deben actuar las distintas ramas del poder colombiano. En síntesis, personas de a pie, que han sido mayoría por mucho tiempo en nuestro Macondo.

Pero… ¿Qué hay de sus propuestas? ¿Cómo, sin salir de su casa, ha hecho conocer a sus simpatizantes lo que quiere y realizará, en caso de quedar como nuevo inquilino de la Casa de Nariño? Bueno, en resumidas cuentas, terminan en volverse un círculo vicioso en el que en su centro de gravedad está el “acabar con la corrupción”.

Está bien querer acabar con la corrupción, siendo una de las principales problemáticas que ha tenido, históricamente, Colombia, pero no es la única situación de la que se debe hablar. Además, ¿cómo es posible que se hable de derrotar la corrupción, cuando se encontraron conversaciones de WhatsApp de su hijo pidiendo ‘coimas’? Bueno, muchas veces es fácil hablar de puertas para afuera, pero no se dio cuenta que desde su propia casa había corrupción, y bueno, él también estaría un poco untado.

Según Édgar Cortés, columnista de La Opinión, Luis Carlos Hernández Oliveros, hijo del Ingeniero, se alió con inversionistas y licitantes para “incidir en el manejo del contrato de aseo de la ciudad bonita por más de $750 mil millones de pesos. En uno de ellos, su querido hijo le advierte a uno de sus compinches, así hablando igual de claro como su padre, que ante todo había que asegurar “la coima” (…) porque en otro acuerdo le habían tumbado hasta la ganancia, y esa “guevonada” no se podía volver a presentar”.

Por esos cien milloncitos de pesos que quería su hijo, el segundo candidato más fuerte en las encuestas, estaría citado para el 18 de abril del presente año por la Fiscalía General de la Nación para escuchar la acusación final. ¿Por qué estaría untado Hernández? Por haber dado posada para los días en los que se planeaba la ‘trampita de corrupción’ a Jorge Hernán Alarcón, uno de los contratistas que planeó el ‘arreglito’ en el caso Vitalogic, como es nombrado por la Fiscalía actualmente. Como respuesta y argumento en contra de este proceso, el ingeniero aseguró “eso es lo que hacen los politiqueros para joderme. No es solo una denuncia, me metieron doscientas. El objetivo era un plan, orquestado y financiado, para sacarme de la Alcaldía porque yo les saqué todos los ladrones”.

A esto se le suma el que, en 2019, fue suspendido e inhabilitado por ocho meses por haber abofeteado al exconcejal John Claro, situación que quedó grabada en vídeo; luego, ese mismo año, fue suspendido nuevamente por tres meses, al haber participado en política. El Ministerio Público también lo sancionó por dos meses al haber irrespetado a un funcionario de la Alcaldía de Bucaramanga. En agosto del 2019, el ingeniero se refirió al candidato a la Alcaldía Isnardo Muñóz como “él no, él ha pasado por todos los partidos, eso lo han manoseado todos, eso mejor dicho lo han manoseado más que una prostituta de Puerto Wilches que mejor dicho que lo único que no le pasó por encima fue el ferrocarril” por lo que fue llamado a juicio disciplinario por parte de la Procuraduría General de la Nación. En el 2020, el político fue suspendido cinco meses, por este mismo órgano de control, al no tratar con respeto la dignidad humana.

El Ingeniero Hernández también es conocido por fallar a sus propuestas. Según una investigación realizada por Las 2 Orillas, en su candidatura a la Alcaldía de Bucaramanga les hizo una promesa a los y las ciudadanas de los estratos 1, 2 y 3 de la ciudad, en la que aseguraba que, de quedar como Alcalde del municipio les había prometido “20 mil viviendas a las que llamó ‘hogares felices’ y además garantizaría a un miembro de ese nuevo hogar un empleo en el que le pagara un salario mínimo”… pero al quedar como alcalde de Bucaramanga falló a la promesa. No se crearon las viviendas, y tampoco recibieron los trabajos los integrantes de las familias. ¿Está bien creer en las “propuestas” de quien ya falló a un municipio? ¿Qué le haría a todo un país? Bueno, igual está claro que todas sus propuestas se resumen en una, y que está bastante compleja… acabar con la corrupción.

Pero bueno, no le tiremos tan duro al viejo que de pronto, en caso de que alguno de sus simpatizantes lea esta columna, quizás pueda hacérsela llegar, causándole un patatús. En una entrevista realizada a El Espectador, el “candidato independiente” asegura que haría algunas cosas por el país. Piensa en la legalización de las drogas para acabar con el fenómeno del narcotráfico en Colombia; quiere negociar con el ELN (aunque le hayan secuestrado a su hija), pero no en conversaciones que duren cinco años, sino en hacerlos firmar un papelito que diga que se someterán a las mismas condiciones de paz que están en el Acuerdo Final 2, firmado en la Habana con la extinta guerrilla de las FARC-EP (quienes le secuestraron a su padre); Está a favor del aborto y de la eutanasia, pero prefiere preguntarle al país si se debe aceptar o negar; no sabe si se debe hacer una reforma a la Policía Nacional… en fin, está en una indecisión que deja mucho qué pensar. Quizás en su cabeza sólo existe la palabra “corrupción”, que es la misma que habita en gran cantidad de colombianos y colombianas.

El caso es que, quiéranlo o no, se está convirtiendo, quizás sin él saberlo (o de pronto sí), en el próximo conejillo de indias de Álvaro Uribe Vélez, a quien le debe un favorcito por haber ganado su Alcaldía de Bucaramanga. Esta situación ocurrió en la candidatura a dicha Alcaldía, pues, el en ese entonces Senador Álvaro Uribe Vélez, llamó al ingeniero y le propuso que fuera donde se encontraba para que le “echara el cuento de su propuesta”. El ingeniero sin titubear, sin miedo, y con la ingenuidad que caracteriza a los niños, fue y le habló de su propuesta, a lo que el Senador les propuso a algunas personas que se encontraban en un gran salón que votaran por él. Es, según Rodolfo Hernández, el único acercamiento político con Álvaro Uribe Vélez. Quizás es el único, pero el necesario, para que Uribe cobre su favor. Para poder ganar las elecciones, siendo la personificación de uno de los hombres más poderosos que ha tenido este país, y que no admite que está lo suficientemente viejo para la política como el ingeniero.

Para William Ospina, en su columna titulada ‘Rodolfo Hernández: la hora de la franja amarilla’, el candidato presidencial independiente está alejado de la antigua forma de hacer política, “pero criticarlo así puede ser contraproducente para ellos, porque puede hacer que hasta los ‘uribistas’ voten por él. Y eso sí podría hacerlo ganar en la primera vuelta.”

 Nos encontramos, pues, en una situación compleja. Este candidato, el de “la gente”, el independiente que no está determinado por ningún partido. Que no tiene coalición ni maquinarias políticas. Quien fundó la Liga de Gobernantes Anticorrupción, liderada por los dos corruptos Édgar Gómez, involucrado en el proceso 8.000 y por Mario Camacho Prada, condenado por delitos de peculado, celebración indebida de contratos y prevaricato… es el segundo entre los más opcionados a llegar a la presidencia de Colombia, entre el 2022 y el 2026, en varias encuestas presidenciales.

Don coscorrón, tiktoker, “anticorrupción” y güevirayado para frentear a quien sea, quiere ser nuestro presidente y yo sinceramente lo dejo a su disposición … si irse por un hombre sin discurso político suficiente para demostrar su talante de gobernador de un país, o irse por otro/a con una hoja de vida menos manchada… (obviamente sí sé qué pensar, pero prefiero que sigamos siendo amigos).