Por: Diony Ico Brath
Publicado: septiembre 19, 2013

Cuando el matrimonio es un “certificado de amor”

En Colombia, según cifras del DANE, se presentan menos matrimonios que el año pasado y el antepasado… etc.; claro está, las solicitudes de divorcio también han disminuido. A lo que mis antepasados dirían que nos hemos convertido en una sociedad pecaminosa, pero lo que encierra este acto simbólico y pomposo son cosas muy humanas que la idiosincrasia de la época no aceptaba. Anteriormente, usted se casaba por varias razones, entre ellas: tener actividad sexual antes de la bendición de Dios (yo no creo que la hija del procurador Ordoñez, de raza lefebvrista, haya llegado virgen al altar); no estaba permitido el rejunte y el matrimonio por lo civil era ¡PECADO!, aún en la alta alcurnia les da pena aceptar la Unión Libre; la última y la menos racional, certifica por notarios, sacerdotes, entre otros, el amor, la confianza y el respeto que se debe tener una pareja que pretende vivir juntos hasta que la “muerte los separe” – ¡Claro!, a los terceros les importa un carajo la felicidad de la pareja, sólo la calidad de la Ceremorumba–.

El matrimonio nunca será un acto que garantice el respeto+confianza+apoyo=amor que se debe tener para llevar a cabo una vida en pareja. Amigos de mi época, a los cuales he guardado confesiones, me dan las herramientas necesarias para escribir el presente artículo como cable a tierra. Considero que la ecuación presentada, respeto+confianza+apoyo=amor, es estrictamente necesaria si se quiere casar, si le falta cualquier variable, NO se case. No obstante, si cuenta con ellas no es estrictamente necesario el Matrimonio (la ecuación no es imposible, usted simplemente ha sido un demalas en el amor).

No soy Psicóloga, tampoco psiquiatra, ni mucho menos consejera de parejas; pero sé que lo que solemos llamar amor no es privar a la media naranja de su espacio, de esa vieja buena gente que se llama soledad y que nos permite aclarar situaciones de nuestro propio ser (actividad imposible cuando se lleva una vida de siameses con su futur@ espos@), tampoco es amor privarse ni privar de un amante… ¡SIIIII!, así como lo dice La Brújula del Cuidador en su artículo casi viral por las redes sociales “Hay que tener un amante”: Porque amante no sólo es alguien sino también es algo que te apasiona… tampoco es amor el famoso “Si no te casas conmigo, te dejo”.

Un matrimonio sin certificado y con la ecuación completa es aquel que permite a las personas, en un largo proceso, aceptar las diferencias de su ser querido, compartirse como amantes con el resto de la gente y demás actividades, aceptar que existen diferencias que no se pueden cambiar por la sencilla razón de que no está permitido cambiar la esencia de su ser por el bienestar de sólo uno de los involucrados… Es saber amar, aceptar que se tienen diferencias irremediables y permitir partir para que sea feliz con otro amante.

Culturalmente usted se casa para toda la vida, pero tendrá una vida poco satisfactoria si cree que ese “certificado de amor” suplirá alguna carencia de la ecuación. Entonces, piense muy bien el concepto que tiene de MATRIMONIO, porque deshacerlo cuesta tanto emocionalmente como económicamente, es decir, doblemente doloroso.

PD: NO TENGAN HIJOS COMO SOLUCIÓN A LO QUE DESDE UN INICIO EMPEZÓ MAL.