Marchan en silencio porque no tienen la capacidad de hacer música, porque no son capaces de cantar arengas, les molesta el ruido porque les dice verdades que no quieren oír. Marchan de color blanco y pintan las coloridas paredes de la calle quinta de gris, porque no soportan los colores que les recuerdan que han sido 6.402 falsos positivos que ha dejado su jefe y la seguridad democrática, porque les molesta que se pregunte quien dio la orden de desaparecer y asesinar a los jóvenes protestantes. No les gusta el color porque no toleran la diversidad, porque no tienen la humanidad de ponerse en los zapatos de esos otros que pueden pasar días sin comida y sin techo. No entienden que por la lotería de la vida nacieron con posibilidades de tener una vida digna y que pertenecen a una pequeña minoría que tiene condiciones de vida en este país.

Que ciudadanos caleños uribistas amenacen con armas a quienes protestan y que pinten de gris los grafitis que expresan el descontento y los abusos policiales a los que los protestantes se han visto sometidos, no contribuye en nada. Por el contrario, exacerba aún más el conflicto y alimenta el ciclo de la violencia, que solo se supera con tolerancia, diálogo y paz ¿Quieren que Cali vuelva a ser la maravillosa ciudad de antes? Absténganse de traer a la pseudocandidata presidencial que ni siquiera conocen la Constitución Política de Colombia y se atreve a expresar a viva voz que el derecho a la protesta no existe.

El grafiti social, contrario a lo que piensa el uribismo, es una herramienta poderosísima que permite expresar el descontento popular de forma pacífica y que nos ayuda a no olvidar que el capricho de Uribe de no querer descansar del poder es lo que tiene jodido a Colombia, con un Presidente incapaz y un caudillo con sed de violencia, que utiliza para atemorizar y seguir ganando elecciones. Sin embargo, se debe decir que en Cali despertamos y no vamos a permitir más esto. No contentos con desconocer la diversidad y la diferencia, retrasaron el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Colombia, y ahora, tras haber evaluado las violaciones de Derechos Humanos por parte del Estado y encontrar que realmente si sucedió, admiten abiertamente que como los informes de la Comisión no tienen carácter vinculante, simplemente el estado colombiano no acatará ninguna de las recomendaciones.  

Por otro lado, el Secretario de Cultura de la Alcaldía de Cali y el Director de Planeación Municipal, tienen clara la importancia del grafiti y el valor social de invitar a los ciudadanos a expresarse con arte en el espacio público de la ciudad. Por esto es de vital importancia apoyar estas iniciativas de llenar de arte y grafitis las paredes de nuestra Cali y el mobiliario urbano público, como una forma de lograr reconciliarnos como sociedad y reconstruir ese contrato social que tanto se ha marchitado en una Cali colorida y bulliciosa.