Soy Latinoamericana. Nací en Cali, Colombia. Y hasta hace un año antes, creía improbable que pudiera conocer más países que solo Estados Unidos… o mejor aún, vivir en alguno. Gracias a la vida y al empeño de hacer mis sueños realidad, ahora estoy realizando un intercambio académico de pregrado por 6 meses en Madrid, España. Soy latinoamericana y logré, en mi primera visita a Europa, residir en ella.

Me tomé un tiempo de dos años para planear cada detalle de esta gran aventura, desde el 2017. Para ese entonces realizaba mi 5to semestre de Comunicación Social – Periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente, elegí irme en 7mo semestre por la facilidad académica y la planeación de traslado adecuada. Lo primero consistió en esperar hasta este semestre ya que poseería los créditos adecuados para ver optativas y porque es el único tiempo lectivo que no tiene clases obligatorias, así disfrutamos ver las optativas con los enfoques que queramos olvidando que es un “deber”.

Lo segundo, es el proceso de intercambio en sí: ¿por qué haré un intercambio? ¿a dónde iré? ¿qué universidad elijo? ¿en qué ciudad viviré? Un estudio realizado a 630 estudiantes, de la Revista Global de Negocios, encontró 7 factores que explican por qué algunos deseamos estudiar y vivir en el extranjero: conocer nuevas experiencias, ampliar la red de contactos, influencia de terceros, motivos laborales, autorrealización, turismo y motivos académicos. Elementos importantes para una decisión importante. Materialicé este sueño pensando en los logros internacionales a obtener y en un aprendizaje de vida nuevo y diferente en comparación al que ya conocía en casa: deseaba saber qué había más allá de mi zona de confort o lo ya conocido… y si era capaz de afrontarlo e incluso disfrutarlo como para quedarme.

Ya sólidas las razones, comencé a construir el sueño, plasmarlo desde la mente a la realidad.

Lo primero en la organización es si tu elección soñada es la adecuada para vivir, estudiar, mantenerse económicamente y crecer personalmente, de acuerdo con el estudio anterior hay que tener presente: el acceso y la oferta académica de destino, calidad de vida, costos, conectividad de la ciudad, turismo, cercanía y contactos, motivaciones sociales, y el idioma; para que el intercambio académico no resulte un desastre en ningún aspecto. Desde el punto de vista de un estudiante, esto es un cambio evolutivo para el desarrollo de una carrera iniciada y para la proyección laboral/personal… una gran paso para concretar tu futuro.

No sólo se trata de declarar: “¡Me voy a Europa!” o “¡Brazil!”, “¡México!” “¡África!” y despedirte. Un ejemplo, ya sea que te vayas a España o Inglaterra -dos países completamente diferentes- hay que poner ojo al contexto social y cultural, si económicamente se te da mejor la libra esterlina o el euro, conocer sobre la política y los reyes de alguno de los países, qué lugares te llaman más -¿el Big  Ben o la Puerta de Alcalá?- y si puedes hablar inglés o entender los acentos españoles… Si te siente capaz de convivir socialmente con estos factores o su mayoría, habrás encontrado tu país ideal para viajar lejos de lo tradicional y abrir tu mente a nuevas expectativas.