Me encontraba en un descenso sin fin, “cansancio mental” me dictaminaron, pero sabía que había algo más. Pensé “así se debe sentir la agonía”, en una calma infinita interna que se exterioriza en un gran ¿qué me está pasando?

Sentí miedo, ¿a qué?, no aproveché mi oportunidad. La vida es eso.

Lo anterior fue un acercamiento mental al apagón de mi vida, me encontraba en la cama y escuchaba muchos gritos en la cabeza, luego una gran nada. No sentía, no respiraba si quiera, fue el primer episodio.

Desde eso he cuestionado todo alrededor de ese momento y trato de entender ¿qué de la vida sin la muerte? Si hubiera concluido… ¿por qué se llora tanto en los entierros y velorios? ¿por qué se lamenta el “hubiera”? Finalmente, una oda al egoísmo.

La vida y la muerte como conceptos antagónicos…

Detrás de todo el ritual, necesario, del entierro existe un bienestar particular, donde más que darle honor a un cuerpo sin vida, estás conmemorando recuerdos de lo que te pasó con esa persona, a vos, por vos.

¿Quién no siente un poco de tranquilidad después de culminar todo ese proceso con el muerto? Enterrado, figurativa y literalmente.

Y es que lo importante no es la muerte, sino ¿qué estamos haciendo para sacarle provecho a esta oportunidad?

Después de varios episodios de “cansancio mental” acudo a otro especialista, pero este ríe y pregunta ¿cuál fue el último libro que leíste? Son repercusiones de ello. ¿Qué si fue uno de Poe o el hermoso de Saint-Exupéry? La vida no solo se resume al último instante,. Somos un proceso, y cada paso que damos, la manera como nos forman día a día, desde nuestro nacimiento, crea nuestro “yo” actual.

Tras unas visitas, experiencias compartidas con amigos y denuncias leídas, concluí que la salud mental es uno de los factores con menos tratamiento y seriedad profesional, porque qué fácil es llenarte de pastillas para controlar el comportamiento ante los demás, pero seguir padeciendo inestabilidad interna. ¿Toca pagar un precio más alto para dar en el meollo del asunto? O es que llegamos al punto de normalizar la procrastinación, síntoma de depresión: el cual es una de las principales causas de suicidio, y en Colombia, un comportamiento constante en nuestra sociedad: por cada mujer, se quitan la vida cinco hombres.

Fuente: asivamosensalud.org