Después de todo el amor no es más que un ideal. No lo considero ya un sentimiento del que me tenga qué aferrar. Es más una forma de vida, que algo por lo que quiera o deba morir. Y sí, es cierto que todo el mundo nos dice que “debes encontrar al amor de tu vida” pero… ¿Cómo voy a encontrarlo si aún no me hallo a mí mismo?

No me permito dañar más almas a mi paso en la búsqueda de mi propio ser. De mi propio amor interno, ese del que me debo aferrar y del que debo tener una total aceptación. No, no me mataré buscando amor en otras personas que, sin yo saber cuánto debo amarme, les recalcaré a mi pareja que debe amarme mucho. Primero yo, segundo yo y tercero yo. Así debe ser, y no está mal. No para mí.

Y no con esto digo que no quiero enamorarme. Claro que quiero, es más, en estos momentos lo estoy, pero creo que debo hacer pausas en mí vida para poder hallarme y encontrar, mi verdadera felicidad y mi verdadero amor propio… sólo así sabré cuánto amor debo recibir y cuánto amor debo dar. Qué tanto debo demostrar y qué quiero que me demuestren… no podemos pedir algo que no sabemos qué es ni en qué cantidades verdaderamente lo queremos.

Amar debe ser más que un sentimiento banal del que muchos se aferran en una persona, amar debería ser un estilo de vida estandarizado en el que nos aprendamos a sentir bien con nosotros mismos, porque es la única forma de saber que no debemos lastimar a las personas por no saber qué es lo que queremos o lo que en realidad somos. El amor debería ser ese camino propio para hallarse a uno mismo en una introspección que debería realizarse periódicamente. Love is the way.

Y sí, desde que tengo este pensamiento en mi cabeza, desde que apropié esta forma de vivir, mis preocupaciones dejaron de ser externas a mí, para pasar a ser únicamente las formas en las que actúo y las acciones que debo cambiar, las palabras que debo dejar de decir y las formalidades que debo adoptar. Desde que tengo esto en mí mente me siento más tranquilo, porque dejé de trabajar para hacer felíz a los demás, para hacerlo propiamente y encontrarme a mí mismo.

Y es raro, porque antes decía que estando con alguien, amándola verdaderamente yo era feliz, pero no. Uno debe amarse a sí mismo antes de amar a otra persona, porque si lo hacemos de revés corremos el riesgo de mantenernos sufriendo. Sabiendo quiénes somos y cómo actuamos verdaderamente, dejamos de lado las especulaciones que tienen las personas que nos dicen que somos alguien bajo sus criterios, pero que verdaderamente somos alguien totalmente distinto… y esta paz, esta tranquilidad sólo se adopta con un amor propio… uno que no pienso dejar, ya después de haberlo conocido.

Realmente siento que evolucioné a una forma distinta de ver la vida. A ser alguien totalmente distinto a partir de un amor al que dañé hace un tiempo. Aprendí de mis errores y sé que antes de volver a amar a alguien debo saber quién soy, debo amarme y corresponder con el mismo cariño que yo quiero que me den. Aprendí, quizás algo tarde, a ser un verdadero ser humano, pero es mejor tarde que nunca.