Por: Alejandro Gil.

Este 28 de junio se conmemora el día del orgullo LGTBI, pero mi pregunta es: ¿La decisión de declararse miembro de esta comunidad es cuestión de dignidad o valentía? Como lo mencionó un periodista colombiano de forma contundente “ser gay es para machos” y es que no estaba en lo incorrecto, ser gay, lesbiana o transexual en un país como Colombia se podría catalogar como un acto de total valentía combinado con un toque de dignidad y libertad. Valoro a cada persona que ha tenido el coraje de aceptarse como es y evitar que los insultos o acusaciones mal intencionadas los afecten.

Pero el otro asunto al cual le temo, que es un poco espinoso, es ‘el temido clóset’, Cuántas personas no han permanecido allí días, semanas, meses, incluso, años por no permitir que su propia familia, amigos o su núcleo social los humillen, calumnien o incluso, los ataquen. Es demasiado desconcertante que las garantías para estos seres humanos sean tan mínimas como la propia justicia en el país. Es insólito. Sin embargo, soy empático en el sentido de respetar el tiempo de cada individuo, por distintas razones, porque siempre seré insistente en esta frase: “el gay primero se acepta, mas no lo aceptan”. Es totalmente claro que nadie, por más poder jerárquico que posea, puede catalogar a alguien por su orientación sexual, primero, ¿Con qué derecho? y segundo, las decisiones son autónomas y la responsabilidad es única de la persona que mantiene sus dudas, no de individuos entrometidos que lo único que hacen es impedir la naturalidad del acto.

Considero que en Colombia hay muchas crisis, pero una tan precaria y letal es la de la intolerancia, no soportamos en muchas instancias que el otro opine distinto o sea de otra forma a nuestros pensamientos ya concebidos. Se parece a una bola de cristal repleta de espinas con la que queremos destruir a cada paso que vamos. Qué decepción y dolor. Un ejemplo claro son las redes sociales, como Twitter e Instagram, espacios virtuales con objetivos ligados al entretenimiento, negocios, información e interacción, no obstante, estas herramientas se tornan contraproducentes cuando los usuarios emplean un lenguaje discriminatorio, hiriente e inoportuno. Solo basta con revisar minuciosamente el espacio de los comentarios para darse cuenta de la gravedad del contenido que se contempla cuando alguien publica diversos argumentos por un asunto el cual considera pertinente, inmediatamente la lava del volcán convertido en críticas comienza a esparcirse, es increíble de concebir, pero lo es, en un país que siempre ha anhelado la paz y donde el diálogo le queda grande, son muy pocas las posibilidades para que la discordia se desvanezca.

Por lo tanto, este mes del orgullo lo asimilo más para reflexionar, analizar, mas no para celebrar o, ¿Qué pretenden festejar? ¿Los asesinatos, maltratos y vulneración de derechos a algunos integrantes de la comunidad LGTBI? El ejercicio parte de cuestionarnos por el nivel de respeto a la diferencia que cada uno emplea, de lo contrario, la ignorancia y la mentalidad cerrada se convertirá en un letal e inadecuado círculo vicioso. Es momento de que el cambio no provenga de una campaña en los medios de comunicación o porque alguien intentó persuadirte. Demuéstrate a vos mismo que podés hacer parte del conjunto del respeto, de la tolerancia, de apoyar la libertad de pensamiento.

Mi admiración total a cada uno de las personas que tuvieron el gran coraje de salir del clóset y mi gratitud a sus familias y amigos por su respeto. Porque no se pide más, sino eso, no se suplica apoyo, ni compartir la decisión ni mucho menos tener lástima. Con solo el respeto basta. Además, si tomar esta clase de decisión se convierte en un duelo para tu familia o amigos, qué lastima por vos, ya que sufriste primero vos el duelo de la hipocresía con las personas que supuestamente manejaban el amor pero con ciertas ‘condiciones de normalidad’.