

Era una tarde gélida en la ciudad de Londres, cuando el autor de la majestuosa obra musical “Bohemian Rapsody” fallece de una neumonía complicada por el sida que lo acechaba desde hace ya un tiempo, con tan solo cuarenta y cinco años. Porque para nadie es un secreto que la vida de este cantautor, identificado como el mejor de la historia del rock, no fue la más serena ni tranquila.
No era reconocido solo por sus canciones como “Somebody To love”, “We Are The Champions” o “I Want To Break Free” junto a su banda Queen, sino también por su estrambótica vida, llena de lujos, sexo y cocaína. Y es que este icono del genero predilecto de los 90’s, cuyo nombre verdadero era Farrokh Bulsara, vivía sus días al límite; desde conciertos extenuantes, llenos de sorpresas y puestas en escena extravagantes, hasta sus controversiales fiestas de cumpleaños y celebraciones diversas.
Intérpretes como Elton John, afirmaban salir agotados de las celebraciones de Freddy “Era más fiestero que yo, ¡Y en verdad eso es decir algo!”. Trabajadores sexuales, meseros disfrazados de Drag Queen y comida en exceso, era solo una introducción a lo apoteósico de sus reuniones. Su vertiginosa trayectoria, lo llevó a volverse el representante del libertinaje y los placeres de la lujuria.
La locura, elocuencia y excentricidad de Mercury, trascendió en la historia del rock hasta la actualidad, ¿O que persona no ha repetido la palabra “Scaramouch” miles de veces sin si quiera saber qué significa? Sus letras intrigantes y llenas de significados, que aún desconocemos pero que nos pone la piel de punta cuando la oímos con el volumen al máximo, son solo una fiel muestra de que su esencia. Su legendaria composición musical, sus más de setecientos conciertos alrededor de todo el mundo junto a su banda, y su característica vestimenta, complementan el total de un artista inmortal.
La leyenda, antes de serlo, fue un ser humano… que amó como solo un empedernido podría. A pesar de su controversial estilo de vida, Mary Austin fue quien estuvo a su lado desde los inicios de Queen, así como fue el apoyo moral del cantautor; llegaron juntos hasta el punto de mayor auge de la banda, y a pesar de terminar la relación, Mercury siempre la reconoció como el amor de su vida. Finalmente, en el año de 1991 después de su muerte, según el testamento, la mayor parte de su dinero fue entregado a la dueña de la balada “Love of my life”. Ninguno de los compañeros varones que tuvo el vocalista, ni siquiera Jim Hutton, tuvo algún tipo de privilegio póstumo.
Los 90´s y la despedida interminable del que hoy y siempre recordaremos como la fiel muestra de que la vida se vive hasta el final siendo quien eres.