Por: Susana Jaramillo Mejia

Como viven y afrontan esta nueva situación

Este suceso del virus y de la pandemia, ha sido algo que ha sorprendido a todo el mundo en todo el planeta de una manera algo drástica. Ya que nos ha afectado tanto en la salud, emocionalmente y económicamente; más que todo a los jóvenes y a las “nuevas” generaciones.

Por el lado económico ha afectado tanto a los adultos como a los jóvenes, ya que, a causa de la pandemia, muchas personas se han quedado sin trabajo o no han podido continuar con su trabajo. Si en la normalidad es difícil conseguir trabajo, en época de pandemia aún más, esto afecta de igual forma a los recién egresados en busca de empleo. Si bien, estamos en una era llena de emprendimientos donde a varios les ha ido bien, asimismo hay otros que no han tenido mucha suerte y les ha tocado cerrar.

“El inicio de la pandemia fue impactante para todos los comercios, incluyendo al e-commerce. En nuestro caso, debido a que fue necesario implementar home office, para las personas que nos apoyan en las labores operativas de la empresa. Apenas teníamos dos años en el mercado y temíamos por el futuro de la empresa. Para nuestra fortuna, las ventas online se dispararon durante este período en aproximadamente un 300%.”

“El comercio en el mundo después de esta pandemia no va a ser el mismo, las empresas se verán en la obligación de tecnificarse, vender, ofrecer y publicitar a través de internet y encontrarán que gran parte de las labores de una empresa se pueden realizar desde la casa o desde cualquier lugar del mundo con un computador portátil y conexión a internet.”- Luis Miguel Jaramillo, Co Fundador de La Maleta Rosada

Por otro lado, no solo ha afectado a los jóvenes recién egresados sino también a los que aún siguen estudiando. Tanto en el aspecto económico, como en la parte emocional, y debido a esta situación que nos ha encerrado a todos en nuestras casas, la modalidad del estudio virtual ha sido lo más utilizado. En el caso de los que recién comienzan su vida universitaria, la pandemia los dejó sin la posibilidad de poder conocer a sus compañeros en persona y experimentar ese comienzo de primer semestre dentro de la universidad. También se encuentran los que ya van a mitad de carrera o terminando, y que están acostumbrados a ir a la universidad, ver clases presenciales y pasar el día allá con sus amigos.

Esto les ha afectado por el lado emocional, ya que como se dijo anteriormente la pandemia nos ha obligado a todos sin la posibilidad de poder salir. Llevando a algunos o a la mayoría, a sentirse aburridos, tristes, desanimados y hasta en algunos casos deprimidos por causa de la soledad y de la falta de actividad porque es una generación que está acostumbrada a la actividad.

El estudio virtual también trae consecuencias emocionales para muchos estudiantes, ya que en la misma normalidad y presencialidad, muchos de estos sufren del ‘síndrome del fraude’: “Cuando las personas no se sienten suficientemente satisfechas con lo que hacen y se esfuerzan demasiado por lograr el éxito y no obstante lo logran, nunca quedan conformes”. Este síndrome es más habitual de lo que parece, siete de cada diez personas lo han sufrido o sentido alguna vez en su vida, lo confirma la doctora Valerie Young en BBC Mundo. Por lo tanto, si sufren de esto dentro de la presencialidad, en la virtualidad les ha dado más duro y han llegado a sentir que no aprenden igual o les dificulta concentrarse y/o acostumbrarse. Esto conlleva que su nivel de estudio y promedio ha llegado a disminuir.

“Según  la  asesora profesional y autora del libro “Cómo superar el síndrome del impostor” Aida Baida Gil, quienes lo sufren “tienen la sensación de no estar nunca a la altura; de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces; de ser impostores, un fraude “. – BBC, Mundo. No obstante, no es lo mismo para todos los jóvenes porque algunos sí han logrado acostumbrarse y adaptarse a la virtualidad. Por último, muchos jóvenes han dado pausa a sus estudios universitarios por causa de que los precios de las matrículas no han cambiado y consideran que es demasiado para un semestre virtual. No han podido o se les dificulta pagar por causa de la falta de empleo y el desnivel en la economía. Aquí el llamado a las Universidades es que reconsidere los precios de las matrículas, o implementen estrategias que eviten una deserción escolar.