Por: Camilo Figueroa.

Si hay algo que ha caracterizado al periodismo deportivo en la actualidad, es su enriquecimiento de personas con talento. Sea el país que sea. No me malinterpreten, pero cuando yo era pequeño, no recordaba tantas periodistas deportivas femeninas a como las hay ahora. Y la verdad, como fanático al deporte y apasionado a esta profesión, eso es algo que me entusiasma. Esta semana ocurrió un suceso en un programa deportivo muy reconocido en Colombia, que me hizo pensar un poco en mí, mis colegas y la forma en la que le brindamos contenido al público ¿Hasta qué punto es entretenimiento?

Gente, contexto: en un programa deportivo dedicado al fútbol colombiano e internacional, una periodista peruana fue contactada para brindar información sobre la selección inca, de cara a su enfrentamiento contra la selección Colombia. Resulta y pasa que, a pesar de que ella estaba solamente centrada en actuar de manera profesional, algunos de los miembros del staff del programa empezaron a insistirle en verla sin tapabocas, que sus redes sociales, que no le “copió” a uno de ellos, que si ella iba a volver al programa, etc.

Esto, claramente, se volvió una polémica en Twitter y críticas para el programa, que es Saque Largo, y para Daniel Pérez, el que más hizo sentir incómoda a la compañera Camila Zapata.

Los protagonistas dieron sus versiones. Daniel afirmó que no malinterpretaran cuando no conocen el formato del programa y la confianza que había. Camila contestó diciendo que no había ninguna confianza, que es muy difícil cuando los colegas se equivocan con algo relacionado al machismo pero prefieren normalizarlo, e hizo un llamado para que más periodistas como ella no pasarán por algo parecido. En el programa del día siguiente, Daniel se disculpó públicamente en el mismo programa.

El machismo en Colombia es un problema tan viejo como lo difícil que parece su erradicación. Cuando hay mujeres presentes en algo que se había mantenido como “tema de hombres”, salen a flote los residuos de la implementación de ideales machistas a generaciones pasadas, e inclusive, actuales. Un ejemplo, el periodismo deportivo direccionado al fútbol.

No sé si los periodistas jóvenes contrastados y los de antaño aún no se acostumbran a ver tantas periodistas femeninas junto a ellos. Mientras hacía mi carrera de periodismo, conocí muchas mujeres que querían ser periodistas deportivas, y que, además, tenían todo el conocimiento y capacidad para hacerlo ¿Y la verdad? Me gustaba eso, tanto a mí, como a mis amigos. Mujeres que les gustara el fútbol de verdad y no por moda era algo que resaltábamos. Lo de Saque Largo, me hace pensar que, los que ya lograron su posición como periodistas reconocidos, no toman en serio a sus colegas mujeres.

Llegar a una buena posición en el periodismo deportivo, con un sueldo estable y un medio reconocido no es fácil. Lo digo porque lo vivo. Ahora, imagínate a una mujer que, a eso, le tiene que sumar que sus compañeros no respeten su profesionalidad y dedicación.

Ahora bien, Daniel Pérez hizo alusión a algo que me pareció igual de delicado. Hizo referencia a que ese era el formato del programa, es decir, ese tipo de comentarios y “confianza”, es algo normal del guion. La culpa no es el formato, la culpa es de ellos. No sé si es inconscientemente, pero actuar de esa manera tratando de aligerar, entretener, que se sienta más informal la información para calar mejor en la gente, obviamente está bien, pero entre ellos. Al tratar de buscar ese tipo de ambiente, puedes caer en el irrespeto o hasta el “teatro”, como sucedió con la compañera.

Gracias a Dios he tenido la oportunidad de pertenecer a medios deportivos y trabajar junto a mujeres muy tesas para esto. Como futuro periodista (porque aún me falta resto por aprender) entiendo que el área de la comunicación debe ser punto de ejemplo esencial en la igualdad y respeto por ambos géneros, debido a la capacidad mediática que tenemos. Ya sea por el fútbol o cualquier otro ámbito periodístico.

Como dijo Camila, no debe ser fácil para ustedes. Pero también, así como dijo ella, no dejen de trabajar dedicadamente y haciéndose valer. Y muchachos, no normalicemos estas acciones, detectémoslas inmediatamente, no un día después. Si queremos que alguien se sienta en confianza, hagámoslo de una manera correcta. Que el fútbol, el periodismo y el respeto es para todos y todas.