Te levantas a la misma hora que lo haces todos los días. Te duchas y, cuando te vas a vestir, no tienes problema alguno en decidir qué ponerte, pues tienes como costumbre alistar tu ropa desde la noche anterior.  

Perteneces al grupo de los que primero se alista y luego come algo, así que te vistes y antes de salir del cuarto, en dirección a la cocina, te miras al espejo que está empotrado en la pared, para determinar si te ves bien con lo que llevas puesto, o si es necesario cambiar una prenda o accesorio.  

Luego, cuando estás a punto de prepararte el desayuno, te enfrentas a la primera decisión consciente del día, te preguntas: “¿Qué tomo, café o chocolate? Luego de un par de segundos, decides preparar café.

Hasta ahí nada del otro mundo, ¿cierto? Resuelves ese pequeño dilema de forma sencilla y sin pensarlo dos veces, pero es justo en ese momento cuando decides vivir una vida y desechas otra.

Puede que haber seleccionado esa bebida signifique que vas a pasar el resto de tu vida solo, a diferencia de que te hubieras decidido por el chocolate, pues esa decisión, anidada a cientos de otras, te habría enrutado hacia el encuentro con tu alma gemela.

Pensar eso, es decir, la cantidad de vidas que no llegas a vivir, por una u otra decisión que tomaste o no, es una locura.

Pero quizá no hay necesidad de que te lamentes, pues la física cuántica dice que cada una de tus vidas ocurre de forma simultánea.

Sí, si escogiste café vivirás solo por el resto de tu vida, pero al mismo tiempo también compartirás tu vida con alguien.    

Lo que propone esta teoría es que todo lo que podría suceder de hecho sucede, y tú solo vives una serie de eventos que se desarrollan para que existas.

En lo que a física cuántica se refiere, Erwin Schrödinger dijo que cada partícula existe en cualquiera de sus estados al mismo tiempo (partículas en superposición), y que la partícula solo escoge un estado definitivo cuando se puede medir u observar.   

Quizás has oído hablar del gato de Schrödinger, un ejemplo que el físico utilizó para explicarse mejor.

En el experimento, un gato se introduce en una caja cerrada junto con material radioactivo que tiene un 50% de probabilidad de causarle la muerte.

Como la caja esta cerrada, no sabes si el gato está vivo o muerto, y es algo que solo descubrirás hasta que la destapes. 

Si ves al gato como una partícula, y usas el principio de la superposición, puedes decir que mientras la caja está cerrada, y no observas el gato, este está vivo y muerto al mismo tiempo. 

Solo cuando abres la caja, la superposición colapsa para los dos posibles estados.

Antes de abrirla, tu sentido común te indica que el gato está vivo o muerto y no que presenta ambos estados al mismo tiempo.

Puede que pienses que observarlo no hará que un estado prevalezca sobre el otro, pero cuando se trata de física cuántica, el sentido común no es muy fiable que digamos.

Varios experimentos han demostrado que las partículas subatómicas se comportan de forma extraña, algo que no vemos que ocurra con los objetos de gran tamaño.

Mejor volvamos al gato.  Lo que ocurre cuando abres la caja es que el animal, al ser observado, está muerto en un universo, y lo contrario en otro.

La teoría de los multiversos sugiere que cada vez que te enfrentas ante una decisión en tu vida, el universo se divide y se crean copias para cada resultado posible, donde cada alternativa de vida ocurre de manera simultánea. Lo bueno es que tú decides: ¿Café o chocolate?

PD: Si te interesa este tema te recomiendo la serie: Si No Te Hubiese Conocido.