Al final, emm, siempre terminamos perdiendo contra la muerte. Sabiendo el final, y aún así nos quedamos esperando. ¡Levántate y corre! Ni las deudas ni los problemas merecen tenerte. Hazles una barrera, sobrepásalas, y vive feliz… no esperes a serlo por obra y arte de magia. Estamos para sonreír, no para “vivir” preocupados.

Por: Editorial El Clavo.

El problema de la sociedad, en gran medida, es su gran manera de desperdiciar su tiempo logrando satisfacer algunas necesidades que ni siquiera son básicas. Invierten el poco tiempo que tienen en un ciclo interminable: trabajar, endeudarse para pagar algo que no pueden en ese momento, trabajar, pagarlo, y se repite el ciclo una y otra vez.

¿No es momento de dejar de hacerlo? Sé un revolucionario de tu destino, sé el propio escultor de tu vida y empieza a construir el futuro que piensas… si es que piensas en uno. El gran problema de las deudas es que son tan enviciantes que pareciera uno no poder salir de ellas cuando apenas se tocan algunos pesos prestados. ¡Recapacita!

Claro, hay momentos de la vida donde las deudas son importantes, hasta llegan a ser necesarias para poder cumplir algunos sueños que nos proponemos, pero lo importante es no caer en un sobreendeudamiento, o peor, en bancarrota. Sé inteligente y administra bien tu dinero… no es fácil, claro que no, pero aquí te daremos algunos tips para que puedas tener en cuenta antes de pensar en endeudarte por primera vez, o de hacerlo la próxima vez.

Aquí algunos tips para una estabilidad financiera próspera:
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Elaborar un presupuesto:

Es importante tener un control de gastos e inversiones a nivel mensual, así puedes definir cuánto de verdad puedes sacar de tu salario y cuánto te queda, ya sea para ahorrar o para gastar.

En este punto es necesario tener un apartado donde haya un “otros gastos”, y siempre será recomendable destinar el 5% de tu salario. Esto con el fin de tener un dinero para emergencias que puedan ocurrir: mantenimiento repentino de tu vehículo, un accidente, o comprar algún electrodoméstico que se te dañó en tu casa, etc.

Priorizar tus gastos:

Siempre habrá gastos, dentro del presupuesto, que tienen mayor importancia. Entre esos, la seguridad social o la EPS, el pago de mensualidad del colegio de tus hijos o el semestre tuyo. Descifra cuáles son los que, por nada nada del mundo, puedes faltar de pagar en tu mes.

Consumir inteligentemente:

Oh, el bendito marketing. La publicidad de nuevos artículos que definitivamente no necesitamos pero que nos hace pensar que sí es lo mejor para tener una mala economía. Consume lo que necesitas. Si tienes alimento en tu casa, no salgas entre semana a darte “gusticos” … ese dinero podrá ser invertido en otros ahorros.

Comparar precio y calidad:

Nunca te quedes con el primer precio en “promoción” que viste. Compara entre otros productos y otros almacenes. Las estrategias de precios hoy en día están siendo muy agresivas, pero juegan con la mente del consumidor o del comprador. Es necesario tener varias referencias de compra y hacer un análisis entre costo – beneficio, para así saber cuál será el mejor… haz el ejercicio, y verás que casi todas las veces el primer producto es de los más costosos.

Conocer tu capacidad de endeudamiento:

Teniendo en cuenta el presupuesto podríamos saber cuánto más podemos endeudarnos. Con fórmulas básicas de matemáticas, entre sumas y restas, podremos sacar lo que podríamos endeudarnos al mes.

Ten en cuenta siempre los intereses que se pagarán, porque un error grande es hacer este ejercicio, pero sin tener en la cabeza los intereses, que suelen ser muy altos.

No te retrasarte en tus pagos:

Sé consciente de lo que debes pagar. No te atrases con las deudas porque los intereses de mora pueden ser muy altos, además de que tienes que tener en cuenta que podrías entrar en centrales de riesgo, lo que te traería problemas si a futuro quisieras endeudarte.