La culpa jamás será de las víctimas. Son las personas que no acatan un “no” como respuesta quienes son los verdaderos culpables de un delito que está cada vez más vulnerado desde las políticas públicas, donde a un violador le dan casa por cárcel, o incluso lo dejan libre.

Por: Editorial El Clavo.

A la violencia sexual se le han incrementado las leyes para intentar disminuirla, erradicarla, acabarla por completo, pero esos sólo han sido saltos al vacío, porque está ocurriendo sólo lo contrario. Cada vez es más común, lastimosamente, escuchar que a una mujer, o a un hombre, lo violentaron de esta forma grotesca.

Esta práctica monstruosa ha sido objeto de lucha y resistencia por grupos feministas, causando más sensibilización entre las personas y en el gran mar de las respectivas redes sociales.

Según un estudio realizado a finales del año 2021 por la Defensoría del Pueblo de Colombia, alrededor de “El 91,8 % de los abusos sexuales en Colombia pertenecen a mujeres”.

Se puede decir que en todos los grupos de relaciones amistosas, en donde hay de tres a cuatro personas, al menos una de las mujeres ha sido violentada sexualmente en algún momento de sus vidas. Es incluso más fuerte aún el saber que a la mayoría de las mujeres que han sufrido este tipo de situaciones en su vida, nunca han podido hablar al respecto por temor o por vergüenza.

La vergüenza es uno de esos sentimientos que vienen unidos al de la culpa. Es inconcebible el cómo a algunas mujeres que han respondido entrevistas acerca de este tema, resultan asegurando que lo sucedido fue por causa de su forma de vestir, el caminar solas, el aceptar bailar con un desconocido, etc.

La culpa jamás será de las víctimas. Son las personas que no acatan un “no” como respuesta quienes son los verdaderos culpables de un delito que está cada vez más vulnerado desde las políticas públicas, donde a un violador le dan casa por cárcel, o incluso lo dejan libre.

“Los principales agresores son parejas, exparejas y personas conocidas, por lo que se infiere que la exposición a la violencia se agudiza en el entorno familiar y de confianza de las mujeres”, asegura Carlos Camargo, defensor del pueblo.

El dolor

Es inimaginable lo que una persona puede sentir al ser ultrajada de esa forma. Recibir golpes y sentir una persona a la que no se le ha dado el permiso de hacerlo, es algo que puede llegar a ser incluso humillante, es por esto que luego de la violación, la mayoría de personas sienten que se les perdió la luz con la que venían brillando… pero no, sólo fue opacada por esa situación, pero se puede volver a brillar. Siempre se vuelve a brillar.

Según un análisis realizado por Sisma Mujer, “por cada hombre agredido, aproximadamente 7 mujeres fueron víctimas de violencia sexual. Además, en cuanto a la frecuencia, al menos una mujer fue agredida sexualmente cada 28 minutos”.

Para contrarrestar este dolor inmenso que han de sentir las personas, el Gobierno nacional, por medio de la Defensoría del Pueblo tiene un programa denominado Grupo de Víctimas, el cual “lleva 48.079 procesos en los que las víctimas son niños, niñas y adolescentes”, según lo narra el portal web Swissinfo.

¿A quién acudir si se sufre de violencia sexual?

Según el portal web de Profamilia, “Si eres víctima de cualquier tipo de violencia basada en género debes solicitarle a tu EPS atención integral e inmediata, de manera gratuita. Cualquier negativa a cumplir con esta obligación, que está inmersa en el plan de beneficios en salud, es una falta al ejercicio del derecho a la salud”.

Además, se debe de dirigir (si es menor de edad, acompañado de un adulto) a la Fiscalía General para realizar la respectiva denuncia, y/o a la estación de policía más cercana que esté del lugar donde se cometió la violación.

También, se invita a los y las lectoras que visiten la página de la Defensoría del Pueblo, que está para apoyar a la sociedad colombiana en este tipo de situaciones donde los derechos humanos se ven ultrajados de alguna forma.