En la época de los gobiernos de derecha, los jóvenes abucheaban esos mandatos, ahora que ganó un Gobierno alternativo, con una gran balanza tirada hacia la izquierda, los jóvenes aplauden la mayoría de leyes y reformas, pero los mayores las repudian… ¿Cuándo entenderemos que somos los ciudadanos los que tenemos el verdadero poder? Sólo entendiendo eso se cambiaría por completo los modelos de gobiernos sin gracia, y empezaría a gobernar la verdadera paz.

Por: Editorial El Clavo.

Me la paso escuchando a los adultos, de más de 35 o 40 años, abuchear al Gobierno presidencial de Gustavo Petro. Dicen “este país va de mal en peor, vamos directo a volvernos como Venezuela” … pero, ¿qué tan real es esto? La pregunta no va dirigida hacia si de verdad nos volveremos como el vecino país, sino en relación a cuánto odio hay entre una Colombia que aún está muy marcada por las corrientes políticas de derecha y de izquierda. Pareciera ser que no hemos evolucionado, como se pensó, de lo que se conoció como los conservadores y los liberales.

Esa lucha apenas sigue estando en furor, sólo que este Frente Nacional es distinto… se cambiaron las armas por las redes sociales, y las salidas a enfrentarse hasta morir, por un debate mal argumentado en Twitter.

El verdadero poder que ayudará a cambiar la forma en la que se percibe la política, que actualmente es agresiva y combativa, será el entender que no son los líderes los que deben gobernar para nosotros, los ciudadanos de a pie, sino nosotros inmiscuirnos más en los temas que de verdad deberían importarnos más.

El gran problema es que la ignorancia se ha apoderado del país, y ese desinterés por la política causa que, sin argumentos válidos, las personas se dejen ‘meter los dedos en la boca’.

¿Odio porque sí y porque no?

Son muchos los ciudadanos que uno escucha en la calle tener discusiones sobre la política en el país, que aunque se ha vuelto furor y se ha llenado de personas que la empiezan a comprender un poco más, aún falta que sea de total conocimiento general por parte del país. La mayoría de los odios hacia una bancada política suelen ir relacionados con la experiencia que tuvieron nuestros padres o abuelos… es una herencia, en casi todos los casos donde, si se odiaba a la izquierda en la casa y uno crecía con esa percepción, uno también terminaba por odiar la izquierda.

Lo peor de todo es que nunca uno preguntó por qué, e incluso uno daba por sentados los argumentos por razones que la misma familia echaba en las discusiones del almuerzo o la cena: “esos políticos sólo se están robando la plata, no ayudan al pueblo que, día a día, se empobrece más”.

Ahora bien, ¿por qué no se usan los recursos que hay hoy en día para instruirse bien?

Ya son muchos los jóvenes que empezaron con esta corriente política más profunda, donde averiguan desde dónde vienen los problemas de la sociedad, para poder tener los argumentos hoy en día para luchar de forma correcta ante los gobiernos que han llegado al poder.

Este aumento de las juventudes en la política se vio muy exaltado en el estallido social que hubo en el país a raíz de la reforma tributaria que se propuso en el gobierno de Iván Duque. Aquí los jóvenes se tomaron la batuta para poder pelear, con palabras y con historia, una lucha que al final terminó con temas positivos y negativos: positivo, que se cayó la reforma… negativo, que gran parte del país quedó devastada por las luchas en las ciudades, y donde hubo muertos y desaparecidos de parte de los protestantes y de las fuerzas armadas.

Entender para luchar

Conscientemente el luchar políticamente por una sociedad es la razón de ser de que haya distintos partidos políticos y se puedan ayudar o enfrentar entre sí. La democracia supone que haya distintos bandos y que los CIUDADANOS puedan elegir a sus mandatarios… ¿pero por qué apenas están empezando a verse los cambios? ¿Por qué después de 200 años apenas las juventudes se tomaron de las manos para poder ayudar a salvar a un país?

La corrupción es el principal motor para que no haya democracia justa, situación que se ha vivido en el país durante décadas. La corrupción es movida por la avaricia de poder, las ganas de gobernar y la necesidad de cada vez conseguir mayor poder. Ese es el verdadero cáncer del país, de la región latinoamericana, del mundo incluso.

Lo bueno de las redes sociales es que ya son los jóvenes, nativos digitales, quienes aprendieron a no dejarse meter los dedos a la boca, como lo permiten los adultos que, viendo los canales de Televisión o escuchando en la radio los programas de siempre, dejan de tener el criterio para pensar en si es verdad o no, y sólo asienten porque dicen confiar en esos medios masivos de comunicación.

Los jóvenes ya no. Son la salvación y ellos lo saben ya. Se tardaron mucho, quizás unas décadas de más, pero lo importante es que están aprendiendo a luchar políticamente por sus derechos y en contra de las malas acciones de los gobiernos. Los jóvenes no se quedan callados, y por eso los gobiernos les tiene tanto miedo.

Los jóvenes son la salvación eterna de la democracia y de su perduración en el tiempo.