La llegada de Linda Caicedo al gigante europeo y cómo influye esto en la evolución total hacia la élite del fútbol femenino colombiano.

Por: Wilson Alejandro Sanjuan Esteban.

El club más grande de la historia se hace con los derechos de la joya del fútbol femenino mundial y hace vibrar e ilusionar a todo un país.

El fichaje de la delantera de la Selección Colombia, la joven Linda Caicedo, no solo marca una trascendental transferencia para el Real Madrid C.F. en cuanto a la competencia que poseía por hacerse con los derechos de la exdelantera azucarera frente a otras superpotencias del fútbol profesional femenino (como lo son el FC Barcelona o el Chelsea de Inglaterra), sino que, además, supone ese paso agigantado dentro de la órbita nacional del balompié femenino para comenzar a ubicar a Colombia como un país importante y con proyección a posicionarse como un nuevo contendiente en las grandes citas orbitales de la categoría.

La Selección Colombia femenina en cada una de sus diferentes divisiones se encuentra en un momento de evolución y maduración, muestra de ello es lo sucedido en el anterior Mundial Sub 17, donde la tricolor obtuvo el subcampeonato del mismo y torneo donde Linda Caicedo (siendo su capitana) se hizo con el botín de bronce y el balón de plata. O sin ir muy lejos, la anterior edición de Copa América de mayores realizada en territorio nacional, en la que las ‘superpoderosas’ lograron un más que merecido subcampeonato con una Linda fenomenal.

En ese camino evolutivo en búsqueda de dar ese gran salto de calidad en cuanto al nivel internacional del fútbol, la Selección y el balompié colombiano en general habían podido ver cómo varias de sus jugadoras emigraban al fútbol del viejo continente; casos como el de la portera exAmérica de Cali, la espigada Catalina Pérez, al Betis de España, o la misma Leicy Santos al Atlético de Madrid: fichajes que resultan muy merecidos debido a la poca importancia que la federación le da al fútbol femenino, federación que en diversas ocasiones ha incurrido en varios desatinos en los que ha llegado a cancelar la liga nacional, ha permitido mensajes ofensivos contra las jugadoras y llegó a calificar como ‘amateur’ algunas de sus categorías.

El traspaso de la delantera caleña al cuadro madridista supone ese salto, supone un mensaje a los dirigentes del fútbol colombiano y supone un golpe sobre la mesa a los demás países del continente, puesto que, si ya se había logrado con mucho esfuerzo y talento que gran parte de las nuestras tuviesen ese ruedo y bagaje hacia el fútbol internacional, hoy contamos con una de ellas, la primera, a sus recién cumplidos 18 años, en la élite más destacada del fútbol mundial.

Si ya teníamos referentes como la talentosa Catalina Usme o la letal delantera, Mayra Ramírez, ahora contamos con ese factor protagónico de una futbolista aclamada entre las mejores del mundo (recordemos su alta posición en los últimos premios Globe Soccer Awards a la mejor futbolista del mundo) y que seguramente no solo brillará para forjar su leyenda, sino también para permitirle a todas aquellas niñas que se reflejan en ella (o en Leicy, o en Yoreli Rincón), poder gritar alto para tener un fútbol femenino colombiano con todas las de la ley, con importancia en el ámbito nacional y donde se le tome en serio, para que estas nuevas generaciones de futbolistas colombianas puedan brillar al unísono de los goles.