‘Anochecer’ es el título del primer libro de esta escritora y poeta colombiana de 33 años. ​

Diana Molano escribe todo el tiempo. En sus ratos libres no piensa en nada más. Acostada en su cuarto por horas o mientras espera la cena, escribe. “A veces toca decirle que descanse un poco porque escribe mucho”, menciona su madre Martha Fajardo, entre risas.

Diana observa a su madre referirse a ella con una gran sonrisa, como si estuviera contando la historia de alguien más a quien hace 33 años le dieron un diagnostico que empujaría a su familia a direccionar la vida de la niña bajo otras lógicas: el Síndrome de Down. 

Pese a todo pronóstico, son tantos los cuadernos que Diana ha acumulado durante estas décadas que su madre optó por ponerle la tarea de transcribir sus poemas al computador pues “donde metiera la mano aparecía un cuaderno con sus escritos”.

Diana le escribe al amor, los astros, la soledad, la muerte… dice que solo a través de la poesía puede canalizar sus sentimientos. ‘Anochecer’, su único libro publicado, reúne 114 poemas, aunque su madre cree que ha escrito más de 500 y contando. De hecho, Diana es la primera persona en Colombia con Síndrome de Down en publicar una obra poética.

Pero el gusto por las artes comenzó en realidad con el teatro. Cuando tenía alrededor de 20 años alcanzó a protagonizar varias obras: El lago de los cisnes, Claro de luna, Romeo y Julieta, La Sirenita y El origen de la felicidad son algunas de las que recuerda. 

Tiene un cuadro colgado en la pared de su casa donde aparece con una cola verde de sirena y las manos pegadas a la barbilla con gesto tierno. Su madre lo descuelga y lo enseña orgullosa y ríe. Pero esa Diana vestida de sirena quedó en el pasado ya que según cuenta, esa fue «una buena etapa de su vida»; ahora solo quiere dedicarse a escribir poesía. 

Dos de sus autores favoritos son Pablo Neruda y Julio Flórez. Cuando visitó Chile con su familia tuvo la oportunidad de conocer La Chascona, una de las tres viviendas en las que vivió Neruda. Allí quedó fascinada con todos los libros y manuscritos de su autoría que estaban exhibidos. Confiesa que el Poema XX es uno de los que más le gusta, tanto así, que puede recitarlo de memoria: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche / Yo la quise, y a veces ella también me quiso”, recita con una sonrisa.

Le gustan la luna, la noche, el sol, las estrellas… los astros en general. Aparecen en sus poemas como figuras metafóricas con las que espera transmitir cada uno de sus sentimientos. Contrario a lo que muchos creerían, en los poemas de Diana poco o nada se menciona el Síndrome de Down, ese que décadas atrás despertó una desbordante preocupación en su madre al encontrarse con la falta de ofertas de formación cultural enfocada en personas neurodiversas.

“Yo siempre recalco que desde pequeña traté de hacer que mi hija recibiera una educación adecuada a sus necesidades. Cuando preguntaba por talleres para ellos, me decían que solo había uno donde los jóvenes hacían traperos y escobas. Yo dije que no. Eso es limitarlos. Ellos pueden dar más, tienen mucho potencial para ofrecer, miren el ejemplo de Diana y todo lo que ha logrado con su talento para escribir”, agrega la madre. 

El talento de Diana fue descubierto en el taller ‘Despegar‘ que adelantaba la Fundación Fahrenheit 451 en Bogotá. Dicha fundación trabaja hace más de 10 años con poblaciones vulnerables apostándole al arte como canalizador de emociones y facilitador de proyectos de vida en construcción. 

Con las personas con discapacidad visual, por ejemplo, también han aplicado su lema de “importa el talento, no la condición” a través del programa Conduciendo a ciegas, con el que buscan amplificar las historias de vida de las personas con discapacidad visual.

La madre de Diana recuerda que, en 2017, les comentó a los directores del taller la cantidad de poemas que tenía su hija y ellos, al ver este ‘diamante en bruto’, comenzaron a hablar de un posible libro bajo su autoría. 

Mauricio Díaz, quien dirigía los talleres, fue quien editó el libro ‘Anochecer’, el cual fue ilustrado a finales de 2018 con la ayuda de seis artistas. La publicación tuvo tanto eco que Diana fue invitada a participar en la Feria Internacional del Libro de Lima (Perú), de 2019, donde tuvo la oportunidad de leer varios poemas frente a un público.

“Cuando me enamore, sentiré que mi corazón late fuerte y mi piel te llamará como el fuego que viene de ti
y mi pulso se acelerará con tu forma de mirar.
Cuando tú me mires, me cortarás la respiración
se me irá el aliento, ya no podré respirar, ya no sentiré el aire, ya no podré resistirme, ya no podré dormir.”
Fragmento de Anochecer, poema de Diana Molano

Su madre confiesa que, 4 años después de su publicación el libro, aún refleja la misma satisfacción y alegría que cuando lo tuvieron en sus manos por primera vez. 

Sin embargo, los costos de edición son muy elevados y actualmente no cuentan con los recursos para iniciar una segunda obra. “La primera se logró gracias al apoyo de muchas personas, pero pensar en otra publicación por ahora no está en nuestros planes. Eso no significa que Diana dejará de escribir, al contrario, eso es lo que a ella más le gusta hacer en la vida”, menciona Martha Fajardo.

Diana confiesa que ama el pop-rock ‘ochentero’ y que sus tres bandas favoritas son Reik, Mana y Camila. Dice que puede encerrarse en su cuarto durante horas a escuchar música, escribir y mirar por la ventana, mientras las pilas de cuadernos crecen en su habitación. 

Todos en su casa parecen tener la misma pregunta: ¿escribirá Diana hasta que las ‘montañas de hojas’ sean tan altas que logren llevarla a alcanzar esos astros que tanto admira?.