El expresidente Donald Trump anunció este martes su candidatura para buscar la nominación presidencial republicana en 2024, en una apuesta por convertirse en segundo mandatario elegido para dos períodos no consecutivos en EE.UU.

“Para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y glorioso, esta noche anuncio mi candidatura a la presidencia de Estados Unidos”, dijo Trump desde su resort en Mar-a-Lago.

La documentación de Trump para postular su aspiración llegó al Comité Federal de Elecciones poco antes de que hiciera el tan esperado anuncio en Florida.

La campaña de Trump llega mientras el expresidente trata de recuperar el centro de atención tras del desempeño decepcionante del Partido Republicano en las elecciones intermedias, que incluyó las derrotas de varios figuras que él respaldó y que negaban los resultados de las votaciones presidenciales de 2020.

Los republicanos no lograron obtener una mayoría en el Senado, se quedaron cortos en sus esfuerzos por llenar varios escaños en múltiples estados y aún tienen que asegurar una mayoría en la Cámara, con solo 215 contiendas declaradas a su favor de las 218 que necesitan. Estos desarrollos han obligado a Trump y a otros líderes del partido a una postura defensiva mientras enfrentan la reprobación dentro de sus filas.

Pero Trump también está apostando a que su estrategia de lanzarse de primero alejará a los posibles rivales en las primarias y le dará una ventaja temprana con los donantes adinerados, dicen los asesores. Se espera que al expresidente lo desafíen tanto republicanos conservadores como moderados, aunque el cálculo de algunos aspirantes a la presidencia podría cambiar ahora que se postula. Otros, como su exvicepresidente, Mike Pence, pueden proceder de todos modos.

La tercera apuesta presidencial de Trump también coincide con un período de mayor peligro legal, pues los funcionarios del Departamento de Justicia que lo investigan a él y a sus socios evalúan la posibilidad de varias acusaciones en sus investigaciones relacionadas con el exmandatario. Al expresidente lo investigan actualmente por sus actividades antes y durante el asalto al Capitolio de EE.UU. el 6 de enero de 2021, así como por retener documentos clasificados en su propiedad de Mar-a-Lago después de dejar el cargo.

Podría interesarte: ( Cuando la política deje de ser empujada por el odio )

Si bien Trump está contando con tener un camino fácil hacia la nominación republicana debido al apoyo sostenido que ostenta entre la base del partido, es probable que su anuncio destruya las esperanzas de los líderes del partido que anhelaban nuevos talentos. En específico, los republicanos han prestado mucha atención a los próximos movimientos del gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien logró su reelección con un margen de victoria de 19 puntos y con un apoyo considerable de los votantes minoritarios e independientes. Algunos líderes republicanos pueden intentar hundir la campaña de Trump promoviendo o alentando a candidatos alternativos, incluido DeSantis, quien silenciosamente ha estado sentando las bases para una posible candidatura a la Casa Blanca.

La fuerza de Trump en el Partido Republicano

Por supuesto, es probable que cualquier esfuerzo por impedir el camino de Trump hacia la nominación republicana resulte difícil. A pesar de sus innumerables enredos legales y la mancha del 6 de enero, el presidente número 45 —que pasó por dos procesos de juicio político— sigue siendo inmensamente popular entre la mayoría de los votantes republicanos. También cuenta con una conexión profunda con sus partidarios principales que podría resultar difícil de replicar o debilitar para otros aspirantes republicanos.

Incluso los principales conservadores a los que no les gustaban las políticas belicosas y heterodoxas de Trump lo prefirieron como presidente porque ayudó a solidificar el giro hacia la derecha de la Corte Suprema de EE.UU. con sus nombramientos: uno de los aspectos de mayor impacto de su legado, que resultó en la decisión profundamente polarizadora de junio de la mayoría conservadora en el tribunal de poner fin al derecho federal al aborto. De hecho, aunque Trump terminó su primer mandato con el índice de aprobación más bajo de cualquier presidente, aproximadamente 8 de cada 10 republicanos tenían una visión favorable de él, según una encuesta de mayo de NBC News. Eso por sí solo podría darle a Trump una ventaja significativa sobre los oponentes de las primarias con los que los votantes aún se están familiarizando.

Entre esos competidores potenciales se encuentra el exvicepresidente Pence, quien probablemente se beneficiaría de un amplio reconocimiento de nombre debido a su antiguo cargo. Pence, quien se ha estado preparando para una posible candidatura a la Casa Blanca en 2024, seguramente enfrentará una batalla cuesta arriba tratando de ganarse a los partidarios más leales de Trump, muchos de los cuales se enfadaron con él después de que se negó a excederse en su autoridad ante el Congreso y bloquear la certificación de la victoria del ahora presidente Joe Biden en 2020.

Trump también podría enfrentarse a DeSantis, quien ha alcanzado la posición de héroe entre los conservadores culturales y a quien ampliamente se le considera una versión más refinada de Trump. Incluso, algunos de los asesores del expresidente expresaron observaciones similares a CNN, y señalaron que DeSantis también hizo avances con los principales donantes republicanos durante su búsqueda de la reelección y construyó una montaña de buena voluntad con los líderes del partido al hacer campaña para candidatos republicanos federales y estatales en medio de su propia contienda.

Más allá de sus posibles rivales, Trump enfrenta otro obstáculo en el camino a medida que la comisión selecta de la Cámara de Representantes continúa investigando su papel en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, y los funcionarios del Departamento de Justicia evalúan emitir cargos penales.

La comisión, que lo citó para que testificara y presentara documentos en octubre y contra la que Trump se enfrenta en los tribunales, realizó audiencias públicas durante el verano y principios del otoño con declaraciones de personas del círculo íntimo del expresidente en la Casa Blanca —incluidos miembros de su familia— que detallaron sus esfuerzos públicos y privados para anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, a través de una campaña de presión sostenida sobre numerosos funcionarios locales, estatales y federales, y sobre su propio vicepresidente.

Pero el deseo de Trump de anunciar su campaña se puede rastrear especialmente al allanamiento que hizo el FBI a Mar-a-Lago, que según los asesores envalentonó aún más su decisión de montar lo que él cree que será un regreso político triunfal. El día después del registro, el expresidente recibió llamadas de aliados aconsejando que acelerara sus planes de 2024. Esa noche, se reunió con los legisladores de la Cámara en la Comisión de Estudio Republicano y les dijo que había “tomado una decisión” acerca de lanzar una candidatura, aunque algunos de esos mismos republicanos de la Cámara lo convencieron más tarde de esperar hasta después de las elecciones intermedias para anunciar su próximo paso.

CNN Español.