Por: Jonathan David Tangarife Quintero.

Como la mayoría de los lectores ha de saber, hoy, 28 de abril del 2021, se convocó un nuevo Paro Nacional, cuyo motivo principal es mostrar la oposición de la ciudadanía frente al atraco llamado “reforma tributaria” o como la llama el gobierno de los eufemismos: Ley de Solidaridad Sostenible. Ahora bien, la parte netamente económica (como todo lo relacionado con el IVA) no debe ser lo único que nos motive a salir a las calles este 28A, sino que también hay que tener presentes otros temas dirigidos hacia lo social y, más específicamente, hacia la educación; porque sí, también quieren atentar disimuladamente contra este derecho fundamental por medio de su dichosa reforma.

En Colombia el sistema educativo cada vez empeora más, y ahora con el tema de la pandemia, ni hablar. Para nadie debe ser un secreto que con la llegada del COVID-19 al país, la brecha educativa se expandió muchísimo más, debido a la falta de acceso a servicios (como el internet) por parte de miles, e incluso, millones de familias (para ampliar la información, ver “La brecha educativa y el COVID-19”). Pero para el gobierno de turno esto no es preocupante, al contrario, en vez de mejorar esta problemática, a través de su reforma tributaria buscan perjudicar más aún a este importante sector.

En el artículo 33 del proyecto de reforma tributaria que el gobierno de Iván Duque radicó frente al Congreso el pasado 5 de abril, se afirma que: “Durante las vigencias 2022, 2023, 2024, 2025 y 2026, el crecimiento anual de los gastos de personal y de adquisición de bienes y servicios de los órganos que conforman el Presupuesto General de la Nación, no podrá superar, en ninguno de los casos, la meta de inflación esperada para cada año en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. El Gobierno Nacional podrá prorrogar la aplicación temporal de esta disposición”.

Posteriormente, en el parágrafo 1, explica que “Se exceptúa de esta norma a la Fuerza Pública en razón de los ascensos, incrementos en el pie de fuerza y demás modificaciones a las plantas de personal propias de su naturaleza y asociadas con el cumplimiento de su función”.

En términos coloquiales, lo que quiere decir lo anteriormente citado es que todos los órganos que conforman el Presupuesto General de la Nación (tales como la educación, la ciencia, la tecnología, el deporte, la cultura, etc.) excepto la gloriosa Fuerza Pública, verán cómo los recursos destinados a sus labores serán congelados por este gobierno; es decir, una vez más, sí hay plata para la guerra, pero no hay plata para la educación.

Que esto sea un impulso adicional para que este 28A salgamos a las calles a ejercer nuestro legítimo derecho a la protesta social, cuyo objetivo es tumbar un atraco tributario en contra del pueblo, de los más pobres y del futuro de nuestro país; un atraco tributario en el que se ponen las armas por encima de los libros, un atraco tributario en el que se le incrementará el precio hasta a la docena de huevos que el ministro Carrasquilla compra en $1.800. ¡No más abuso! ¡No más derroche! ¡Que viva el Paro Nacional indefinido!