La semana pasada se dio a conocer que el Consejo Nacional Electoral (CNE) le ordenó a Katherine Miranda, candidata a la Cámara de Representantes por el partido Alianza Verde, retirar las vallas publicitarias de su campaña en las que se observa la frase “Que no nos abudineen el país”, haciendo referencia, obviamente, a los 70.000 millones de pesos que se “esfumaron” bajo el MinTIC de Karen Abudinen.

Lo realmente sorprendente de este caso es que se persiga y se censure a quienes nos atrevemos a desenmascarar corruptos como Karen Abudinen y que no se tomen acciones judiciales contundentes contra dichos corruptos. Todo al revés.

Probablemente muchos de ustedes, lectores y lectoras, han escuchado y/o leído en reiteradas ocasiones el uso de la palabra “presunto/a” cuando se hace alusión a una persona que, según investigaciones y, en muchas ocasiones, con suficientes pruebas, está siendo acusada de haber cometido un delito. Pues bien, el empleo de ese término se da debido a que supuestamente todo individuo es inocente hasta que la justicia compruebe lo contrario… El problema radica en que nuestra justicia nunca comprobará la no inocencia de los miembros del establecimiento y personas cercanas a este, no por falta de pruebas, sino por complicidad y conflicto de intereses.

De acuerdo a lo anterior, entonces no podríamos utilizar la palabra “abudinear” y sus derivados como sinónimos de “robar”, ya que estaríamos dañando el dizque buen nombre de Karen Abudinen, aún cuando ya está más que comprobado que ningún miembro del MinTIC hizo algo por evitar que Centro Poblados se robara la plata y que ningún miembro del MinTIC ni del Gobierno Nacional ha hecho algo por recuperar los 70.000 millones de pesos. Pero bueno, hasta que los organismos correspondientes no la declaren culpable por aquel robo al erario, se supone que no le podemos decir lo que es: una ladrona, una abudineadora.

En un país como Colombia es imposible dejar de llamar a los parásitos del régimen como lo que son: abudineadores, o paramilitares, o narcotraficantes, o todas las anteriores, hasta que la justicia del país los declare culpables; si así fuese, entonces solamente serían ladrones los pobres desempleados que roban en una tienda para llevar comida a sus casas, porque a este tipo de personas sí le cae todo el peso de la ley.

Desde este espacio rechazo contundentemente el intento de censura por parte del CNE hacia Katherine Miranda y hacia todos aquellos que llamamos las cosas como son. Hasta el momento, la candidata afirmó que no desmontará las vallas debido a que sigue sin ser notificada sobre la decisión del CNE. Además, cabe destacar que Miranda tiene a su disposición el recurso de reposición si considera que la decisión no es justa.

Por ahora, resta decirle a mis lectores y lectoras que por favor no utilicen más la palabra “abudinear” ni sus derivados y que por favor no difundan más la valla de Katherine Miranda. GUIÑO, GUIÑO.