Por: Jonathan David Tangarife Quintero.

A menos de un año de las elecciones legislativas en nuestro país, y a poco más de un año de las presidenciales, sería pertinente tomar bajo consideración el papel que cumple la educación en la política, ya que, aunque para muchos no exista relación alguna entre estos dos ámbitos, lo cierto es que la educación contribuye, entre otras cosas, a la formación de un sentido crítico en la ciudadanía, a la repulsión hacia posturas individualistas y poco libertarias, y a la promoción de desconfianza frente a ciertos lenguajes y discursos políticos.

Inicialmente, en un debate sobre la relación que existe entre la educación y la política, promovido en el 2018 por los monitores de “Esplais Catalans” (asociación laica y progresista que trabaja voluntariamente por la transformación social) se extrajeron principalmente tres conclusiones:

Primero, la educación sí contribuye a formar un sentido crítico en los individuos (lo cual aporta a la hora de escoger por quién votar), pero es necesario que esta tenga pocos principios básicos, debido a que los valores deseables por todos son pocos, por ende, es importante respetar el pluralismo democrático: las opciones de votación que escoge cada persona.

Por otro lado, del debate se pudo concluir que la educación fomenta la construcción de identidades particulares alejadas del individualismo y la competitividad, para, de esta manera, lograr llevar a cabo proyectos de vida sólidos y libertarios, que tengan como cabezas principales a los agentes políticos que representen este tipo de ideales.

Y finalmente, es posible afirmar que la educación ayuda a contextualizar el uso de ciertos conceptos y palabras, generando así un pensamiento de desconfianza hacia ciertos discursos políticos, principalmente los que se caracterizan por la tergiversación del significado de ciertas palabras, la manipulación, la banalización y la espectacularidad. “El lenguaje nunca es inocente. Hemos de desconfiar de aquellas ideas o palabras que generan consenso de manera automática”, formulan los miembros de la “Esplais Catalans”.

Como conclusión, es bastante importante que los jóvenes interioricemos estas funciones políticas que posee la educación, para que, de esta forma, logremos elegir a los mejores representantes políticos posibles, que, entre otras cosas, demuestren su compromiso por la consolidación de un sistema educativo sólido y pluralista, en el que se sigan fomentando los aspectos abordados en esta columna, para así poder conseguir un verdadero cambio positivo generalizado en nuestra nación, dejando atrás el neoliberalismo obsoleto y trascendiendo a un progresismo perdurable.