El pasado domingo 13 de marzo, el país hizo historia: se sentaron bases sin precedentes de lo que podría culminar como el cambio de rumbo definitivo de Colombia el próximo 29 de mayo, día de la primera vuelta presidencial.

A pesar de que la participación no fue la mejor (más del 50 % de los colombianos y colombianas no votó), los resultados son esperanzadores: luego del recuento de votos, la Registraduría anunció que el Pacto Histórico quedó con 19 curules en el Senado y con 31 en la Cámara de Representantes, lo que convierte a este movimiento en la mayor fuerza política del país. Por otro lado, el Centro Democrático fue uno de los grandes perdedores en la jornada electoral: por ejemplo, de haber obtenido 19 curules en el Senado en el 2018, ahora pasarán a tener 13 para el periodo 2022-2026.

Sin embargo, como siempre, no todo fue color de rosa. Así como se dieron resultados positivamente históricos, también es posible hablar de un fraude histórico. Ni los asteriscos ni las líneas que se esmeraron en realizar los jurados de votación honestos en los espacios en blanco de los formularios fueron suficientes para evitar el intento de fraude por parte del establecimiento. ¡Se inventaron números encima de los asteriscos y desparecieron votos!

Resulta inverosímil que, por ejemplo, en un principio se afirmaba que en 29.000 mesas el Pacto Histórico no había tenido ni un solo voto, o que entre Honorio Henriquez y Claudia Pérez (cuñada del corrupto Eduardo Pulgar) hubiesen sumado 982 votos en una sola mesa, mesa en la que solo votaron 198 personas. Como si fuese poco, durante las primeras horas del 14 de marzo, cuando el conteo de votos iba casi en el 100 %, “mágicamente” le desapareció una curul al Pacto Histórico en el Senado y le apareció al Centro Democrático.

Gracias a las denuncias y a los llamados de atención por parte del progresismo, cientos de personas (de manera voluntaria) salieron a realizar el reconteo y a velar por la recuperación de los votos robados por parte de la Registraduría, esto dio sus frutos y fue lo que permitió que el Pacto Histórico sumara 3 curules más de las que tenía hasta ese momento en el Senado (para un total de 19) y que el Centro Democrático perdiera una (para un total de 13).

Queda preguntarse: con base en este intento de fraude histórico, ¿qué garantías hay entonces de cara a las próximas elecciones presidenciales? Yo diría que ninguna. Lo que sí es cierto es que sembramos un precedente con nuestra votación y con la detención del fraude gracias a la ciudadanía progresista. También, resta esperar qué alianzas ejecutará Gustavo Petro como líder del Pacto Histórico para lograr, ahora sí, ser mayoría en el Congreso, ya que partidos tradicionales de derecha siguen sumando una cantidad de votos considerable.

Usted y yo podremos decirles a las futuras generaciones que, como juventud, conseguimos algo que ni nuestros bisabuelos ni nuestros abuelos ni nuestros padres pudieron lograr: traer el verdadero cambio y progresismo a Colombia. Pero esto también depende de lo que suceda el próximo 29 de mayo, día en el que debemos ganar la presidencia con Gustavo Petro para que el cambio acabe siendo realmente imparable.

Gracias a cada jurado de votación que se esmeró realizando su labor de manera honesta y haciendo todo lo que estaba a su alcance para evitar el fraude. Gracias también a quienes salieron a votar a conciencia y a aquellas personas que se ofrecieron para velar por la democracia en el reconteo de votos. Sin ustedes, esto no sería posible.