Hace unos días, Iván Duque salió a declarar que “el futuro sigue estando en el centro” y que el próximo candidato presidencial del Centro Democrático será del centro y no de los “extremos”. ¿A qué se debe el hecho de que desde las elecciones presidenciales pasadas cualquier pelagato que desea incrementar su popularidad y el apoyo que recibe se autoproclame “de centro”?

A lo largo de los últimos años hemos tenido políticos como Fajardo (y la mayoría de los del Partido Verde), Alejandro Gaviria, el mismo Iván Duque, etc., que se han definido a sí mismos como “personajes de centro, alejados de los extremos”. Y es que, desgraciadamente, este tipo de declaraciones populistas se han ido incrementando a medida que sigue aumentando la cantidad de personas que se creen tales mentiras. Permítanme quitarles la venda de los ojos: en Colombia, el centro NO EXISTE, lo que sí existe son ciertas personas que de verdad desean un cambio real en nuestro país, y quienes siguen queriendo que el país siga igual o peor, pero con la única diferencia de que ahora lo harán a su manera, probablemente con un papel menos protagónico del peor ser que ha parido esta tierra, Álvaro Uribe Vélez.

El hecho de que haya políticos que aseguren ser de centroizquierda y centroderecha sí es algo apegado a la realidad, debido a que son doctrinas inclinadas, en muchos casos, hacia puntos de vista diferentes, pero alejadas del radicalismo, entonces, ¿cómo carajos se puede ser de centro en la política? ¿Respondiendo siempre con un “sí, pero no” o acaso con un “tal vez”? Y si tomamos bajo consideración el hecho de que en Colombia es más acertado hablar de política de vida y política de la muerte, ¿entonces dónde queda el dichoso centro? ¿En una política agonizante o qué cosa?

No se dejen meter los dedos en la boca por aquellos dizque pertenecientes al centro: son más de lo mismo, como prueba de ello tenemos a Claudia López, quien siempre se ha vendido como alguien de “centro” y que ahora en su Alcaldía de Bogotá está actuando incluso peor que la derecha más rancia de este país. O el mismo Sergio Fajardo, “la cara del centro”, quien en su época como alcalde de Medellín se reunió con paramilitares para pactar el poder que estos seguirían teniendo en la ciudad, a cambio de que Sergio no tuviera la responsabilidad de perseguirlos judicialmente, para así vender una seguridad inexistente: los paramilitares estaban, pero no estaban, diría alguien de centro.

De cara al 2022, Fajardo ya luce quemado electoralmente desde que se fue a ver ballenas en el 2018, y ahora el “centro” ya tiene a su nuevo pilar, sí, el mismo que aplaudió el nombramiento de Carrasquilla en la junta directiva del Banco de la República y que luego salió a justificarse diciendo que tuvo un supuesto lapsus debido al cansancio; ¿cuántos “lapsus” nos esperarían a l@s colombian@s teniendo a Alejandro Gaviria como presidente? ¡No me lo quiero ni imaginar!