El asesinato de los dos niños en Tibú (aunque algunos medios e informes hablen de uno solo, en los registros visuales y audiovisuales siempre se observan dos) no es más que una muestra adicional que comprueba que el paramilitarismo jamás ha dejado de existir en Colombia. Principalmente desde los gobiernos de Uribe los paramilitares han tenido poder político e impunidad total garantizada.

Para quienes no lo sepan, hace unos días se dieron a conocer unos videos en redes sociales, en los que un hombre se lleva a la fuerza a dos niños que presuntamente estaban robando en una tienda de Tibú. A pesar de que algunos comerciantes del sector luego salieron a declarar que intentaron evitar que se llevaran a los niños, lo cierto es que en los videos es posible observar que la inmensa mayoría de personas (por no decir que todas) que estaban en el lugar, vieron sin vergüenza cómo los estaban secuestrando y no se inmutaron en lo absoluto ni intentaron detener aquel hecho.

Posteriormente, circularon fotos bastante sensibles de los cuerpos de los mismos dos niños (lo sabemos por la ropa) asesinados y tirados en el monte. Aquel sujeto que se los había llevado de la tienda previamente había dado a entender que se los entregaría a la policía. ¿Quién(es) mataron a los niños entonces? ¿El que los raptó o la misma policía?

Ambas cosas son posibles: quien los tomó en la tienda se los llevó para matarlos, o, en efecto, cumplió con entregárselos a la policía y estos posteriormente participaron en los asesinatos (directa o indirectamente).

Lo cierto es que no es posible que en un país supuestamente democrático se asesine a quienes son nuestro futuro, a los niños, a la infancia. Tampoco es posible que haya gente justificando tal atrocidad por el hecho de que supuestamente los niños estaban robando… Si en realidad fue así, ¿acaso eso nos da el derecho de acabar con la vida del otro? Y menos aún sabiendo que la gran mayoría de ladrones en este país roban por necesidad, no por gusto; y ojo, no deja de estar mal el hecho de robar, pero cuando una persona (¡¡¡O unos niños!!!) lo hacen por necesidad, claramente es porque históricamente los gobiernos de este país no han servido para nada más que para robarnos (irónicamente) lo que nos pertenece a nosotr@s, al pueblo.

En qué momento se volvió “normal” que diariamente asesinen a líderes sociales, excombatientes de las FARC, niños, etc.; porque tampoco hay que olvidar las revelaciones relacionadas con que en un reciente bombardeo a un campamento guerrillero también fueron asesinados varios menores de edad. Toquémonos, pellizquémonos para saber si todavía estamos sintiendo y no somos simples seres inertes que caminan por la calle sin mirar hacia los lados. Todo lo nefasto que ha sucedido durante este gobierno es intolerable, repugnante, digno de generar odio, rabia, pero, sobre todo, conciencia… Esa conciencia que debemos tener el próximo año para sacar a los narcotraficantes, paramilitares y asesinos que nos gobiernan del poder.