Hace algunos días se volvió viral un video en el que se observaba cómo don Carlos, conductor de vehículo en la app Indriver, había sido humillado y vulnerado por quien posteriormente fue identificado como Julián Osorio, concejal del Centro Democrático en Manizales, y quien fue el que provocó que el carro del conductor fuese inmovilizado (debido al limbo jurídico correspondiente a trabajar bajo estas plataformas digitales en Colombia) y que el repudio social de gran parte de la sociedad colombiana cayera encima de Osorio.

A Julián Osorio le pareció una gran idea arruinar el día de un trabajador honesto, tanto así, que en dicho video llegó a decir “acá se respeta esta ciudad”. Hay que ser muy miserable como para, en ese momento, dañarle la vida a un señor de la tercera edad que no estaba perjudicando a nadie con la labor que realizaba; y eso se lo hicimos saber a Julián Osorio por medio de las redes sociales, particularmente vía Twitter.

Para su desgracia, el nombre de Osorio salió a la luz pública rápidamente y, con la misma inmediatez, se abrieron diferentes plataformas en busca de ayudar económicamente a don Carlos; en este punto es en el que podemos afirmar que la sociedad colombiana aún tiene salvación: con el fin de ayudar al prójimo, a día de hoy se han recaudado más de 60 millones de pesos en una Vaki para que don Carlos pueda sacar su carro de los patios, seguir trabajando y, en general, usar ese dinero en pro de su bienestar. Al final de esta columna les dejaré el link de la Vaki mencionada, por si desean donar.

Mientras todo esto sucedía, Julián Osorio salió a disculparse por lo ocurrido, sin embargo, puedo asegurarles que ni así se ganó el perdón de muchos de los que lo seguimos repudiando. El daño está hecho y, de no ser por l@s demás colombian@s, hoy don Carlos estaría sin saber qué hacer para tener un plato de comida en su mesa. Obtener el perdón no es tan sencillo como pedirlo y ya, para ganarse un perdón se debe hacer una acción positiva de la misma magnitud de la acción negativa por la que se ganó el repudio social; aplica para cualquier situación similar.

Pareciera que para entrar al Centro Democrático fuese necesario ser narcotraficante, tener nexos con estos y/o con paramilitares, ser corrupto y/o ser un miserable con todas las ganas. Son pocos los casos en los que un miembro de esta banda delincuencial no se encuentra inmiscuido en situaciones repudiables e incluso, ilegales.

Gracias a quienes han apoyado la bonita causa de ayudar a don Carlos, como dije anteriormente, en este tipo de casos nos damos cuenta de que Colombia aún tiene salvación.

Link de la Vaki: AQUÍ