Siempre he escuchado a diferentes personas decir con tanto anhelo que desean cumplir el sueño americano o europeo, emigrar del país para lograr su proyecto de vida, es respetable su decisión, sin embargo, ¿Dónde queda nuestro país? ¿Colombia no es un territorio viable para cumplir con nuestras metas? Si la respuesta a las anteriores cuestiones, son negativas, el panorama sigue siendo desalentador para una nación que en un futuro no muy lejano puede pasar del subdesarrollo a convertirse en una potencia con la diversidad con la que cuenta y con mejores gobernantes, porque ya ha quedado comprobado que los que hemos tenido y con los que actualmente están en el “poder” logran todo lo contrario.

A una semana de las elecciones presidenciales y las distintas propuestas que estos candidatos insisten en cada debate o plaza pública, una de las más importantes debería ser convertir a nuestro país, en un territorio donde cada compatriota pueda vivir con calidad y no sobre la nube gris de la corrupción, obstáculo que impide que recursos del Estado cumplan con su objetivo para contribuir a la sociedad colombiana. Por otro lado, las empresas deberían tener presente la gran demanda laboral que egresa de distintas facultades o Instituciones Educativas del país. Es evidente que la oferta de empleo es muy reducida, y la que existe ofrece requisitos que no todos pueden alcanzar o el salario es insuficiente para todo lo que se asume en la vida cotidiana.

La realidad colombiana no es la más perfecta, pero como buen colombiano siempre predominará la esperanza. Siento que es momento que el país también se convierta en el epicentro de realización de los sueños y metas de cada uno, no niego que emigrar hacia otro país o continente sea una experiencia inolvidable, que a pesar de que al principio sea difícil de sobrellevar, trae unos resultados muy satisfactorios a largo plazo. No obstante, la vida digna es un derecho de todo ser humano, y siento que en Colombia también se puede lograr, es por eso que en las próximas elecciones debemos elegir a conciencia el representante que nos aporte propuestas viables para una calidad de vida, entre esas, la laboral y la educación que son el complemento para alcanzar el sueño colombiano. Es gratificante y a la vez orgulloso tener consolidado esa idea, porque el país tiene con qué, pero si la popular “rosca” o “el vivo vive del bobo” sigue predominando en esta clase de contexto, será mas duro que las oportunidades sean entregad@s a tod@s.

Mi intención no es subestimar o criticar a los colombianosy colombianas que deciden dejar el país por diferentes razones, entre esas, las mínimas oportunidades laborales. Mi pretensión es cuestionarme por qué el Gobierno Nacional y los principales gremios laborales y económicos no le han puesto la lupa a más puestos de trabajo por las razones que mencioné. Además, es responsabilidad del mismo gobierno que el derecho a la educación se ejerza, porque es indispensable que nadie esté exento de lograr sus metas académicas y acabar con el ideal de que solo algunos privilegiados pueden alcanzar sus sueños en el plano educativo y laboral. Aspiro y anhelo que el sueño colombiano se cumpla en Colombia y no fuera del mismo.