1-noviembre-2019.

Por: Juan David Garzón.

El fin del fin o la gasolina en el fracaso

Los finales históricamente han estado ligados a un sentimiento profundo de tristeza o desasosiego. Tristeza por la partida, por la perdida y desasosiego por el final mismo, por la terminación de un ciclo o de un momento. En nuestra psiquis, la palabra fin está estigmatizada a ser eso con lo que no sabemos lidiar, pero nos toca a fuerza. El final, es la derrota de la oportunidad.

Curioso es entonces, cómo algunas personas en el mundo, han cambiado ese esquema mental para aprovechar el final y así convertirlo en un proceso que puede jugar a su favor. Así como a Steve Jobs una vez lo sacaron de su propia empresa y este volvió más imponente e importante que nunca, hay miles de casos de emprendedores que usaron su final para, no solo reinventarse, sino mejorarse a sí mismos. También lo vemos en el día a día cuando en relaciones interpersonales, hay muchos que prefieren alejar todo aquello (o todos aquellos) que solo traen una carga para su alma, su trabajo o sus sentimientos.

Pero ¿Qué hace diferente sus finales? ¿Por qué el concepto es otro? La respuesta, puede estar más cerca de la racionalidad, que del corazón. Los seres humanos basamos nuestras decisiones de forma mayoritaria, en los sentimientos. Y los latinos, mucho más, siempre estamos pensando que la derrota está en soltar, en el dejar, en el renunciar o en el alejarse de algo o alguien. Nuestra capacidad intelectual, por muy desarrollada que sea, se ve afectada por preconceptos que van desde doctrinas religiosas hasta por creencias familiares. Desde pequeños, el cerebro se nos va formando de una manera que nos hace nublado el camino.

¿Qué es el final? Es la única oportunidad de cambio. Es el momento que necesitamos para evolucionar, es eso que el corazón recita para empujarnos. El final no es más que la gasolina que necesitamos para seguir mejorando, buscando y potenciando.

El Clavo, como institución, ha sufrido muchos finales que lo han ayudado a mantenerse y ajustarse a las nuevas tendencias. Los finales para un medio de comunicación que arrancó a finales de los 90s en un país completamente diferente al de hoy y con una industria que para su momento era prospera y en la actualidad es un mar de dudas, han sido la oportunidad para experimentar y seguir en pie, levantando la cabeza como se puede y enfrentando todo con convicción.

El final no es más que la oportunidad que necesita alguien para ser, la cohesión del universo para entender que no somos árboles y necesitamos movernos, correr, empujar, hablar, mirar nuevos retos y tal vez, encontrar éxitos. Porque si, el final puede traer fracasos, pero hasta el día de hoy no ha existido un éxito que no traiga un fracaso a cuestas, que no traiga una historia que le haga tener un mejor sabor.

En esta edición hablamos del momento que la vida dice #YAhoraQué, la invitación siempre será a impactar el mundo con nuevas ideas, no perder el norte al buscar un cambio social positivo para la comunidad, a no dejar que la duda prevalezca, y así un día, hagamos de este país y nuestras vidas, el Apple, en la segunda vuelta a la compañía, de Jobs.