23-diciembre-2019.

Por: Juan David Garzón.

Mirar los retos de la vida desde la lejanía es fácil, hace que te sientas seguro, con confianza y sin efectos colaterales ante cualquier opinión.  Se ha visto históricamente que, en campañas electorales, muchos de los aspirantes ven la solución de la ciudad o el país en sus manos, y en sus propuestas fundamentadas por las debilidades del otro. Todos, absolutamente todos, encuentran la posición oportuna para ver los problemas de lejitos, pero ¿Y de los propios cuándo nos vamos a encargar?

Siempre la búsqueda del bien común debe primar en la construcción de la sociedad, total, en este estado vivimos en una constante lucha para que la máquina no nos pase por encima, y entramos en batallas que cualquier ciudadano del mundo no debería pelear. Está claro, no todo funciona de la mejor manera, pero cuando tomamos la responsabilidad compartida, las cosas empiezan a mejorar. Bien lo decía Jaime Garzón cuando se refería a la construcción colectiva de los jóvenes en el país, ejerciendo los derechos que brinda la constitución, y también, dejando atrás la conformista postura de pensar en “salvarse” de forma individual.

El llamado es a vos, al joven de mente y de pensamiento, al que no le cabe en la cabeza que el país siga como está, pero tampoco le cabe en la cabeza que hay que acabar con todo sin sentido. El llamado es para vos que estás pensando, marchando, opinando para que cada vez seamos más críticos y fuertes en las posturas, considerando todas y cada una de las personas que habitan Colombia y que cada uno de ellos tengan un trato justo.

El banco de las ideas nunca dejará de tener fondos en la cuenta de los que hacen todo por el bien común, por cambiar, por impactar la sociedad desde un punto de vista propositivo, desde las artes, desde el deporte, desde esos que se levantan con una idea y generan empleo a muchas familias.

Hablemos de los beneficios colectivos, dejemos de pensar en yo y el súper yo, pongámonos en el contexto que enfrenta el que está enfrente, reaccionemos con consecuencia a no solo lo que se ve sino a lo que realmente es.

Los medios de comunicación estamos pasando por una revolución interna que nos ha llevado a replantear modelos, porque en el camino, la confianza se ha perdido. Eso ha ayudado a que los llamados independientes podamos ver a la cara a los lectores y darles un contenido que los llame a la reflexión, al conocimiento y por qué no, a reír en la dificultad. Eso precisamente es lo que necesita el país, gente que se pone la 10 viendo a la cara los problemas de todos e inspirar.

Nunca olvidarse de proponer, pero nunca olvidarse que Colombia necesita jóvenes que fiscalicen, que miren al poder como la oportunidad de ayudar a la gente, de llegar a un puesto público a dejar la huella colectiva que nos va a llevar, por fin y de una vez para siempre, a ser inmarcesibles, en la noche que pronto acabará.