1-julio-2020.

Solo basta con abrir las redes sociales o ingresar a YouTube para darnos cuenta del contexto social: narcoparamilitarismo, narcopolitica y escándalos de corrupción.

Como dicen por ahí: “las redes sociales y el internet son útiles dependiendo de la finalidad”. Benditas sean las plataformas digitales.

Es claro que en los últimos meses se han incrementado los fallecidos, contagiados y el ocio a causa del cierre de ciertos sectores que ha dejado la pandemia. Así  mismo han aumentado la investigaciones por parte de quienes se defines como activistas y no como periodistas, a causa de las indignaciones por hechos que han desatado escenas dantescas, drama, tristeza e impunidad para los asesinos de cuello blanco.

Anteriormente conocíamos ciertos canales televisivos y “sus noticieros encargados de darnos a conocer la realidad”, paradójicamente la realidad oculta, y sí , durante muchos años los colombianos se creyeron todas las falacias que emitían esos noticieros con horarios de 7:00 AM , 12:30 y 7:00 PM, en donde al parecer , no son con la finalidad de informar o denunciar, son alcahuetas de bandidos con saco y corbata, esos que andan en medio de desfiles de camionetas blindadas y escoltas .

Lo que hasta un tiempo nadie sabía, era que esos mismos bandidos manipulan dichos noticieros para tapar sus repudiadas acciones y hacerlos quedar como los líderes del pueblo.

Pero como más fácil cae un cojo que un mentiroso, por fortuna para los interesados en conocer la realidad, expresar sus inconformismos y puntos de vista de la Colombia azotada por la corrupción y las masacres, se crearon las redes sociales, las cuales eran únicamente utilizadas como medios de entretenimiento, pero que mediante su evolución, sus variantes, fácil manejo, difusión e importancia, se han dado a conocer como nunca antes, noticias sin tapujos, escándalos, discusiones y según la psicología: el victimismo crónico, las falsas víctimas que reflejan esa gran capacidad de los colombianos para evadir responsabilidades, cuando ante todo las tienen, lo que me llevaría a pensar que son los noticieros de la modernidad, pero no, no utilicemos esos termino, es una falta de respeto para quienes han estudiado el periodismo, mejor llamémoslos conversatorios, conversatorios verdaderos, no guionizados.

Lo critico de esto es saber el nivel de manipulación de esos medios ganadores de los india catalina, por lo menos yo fui manipulado por esos noticieros desde mi infancia hasta mi adolescencia, pero también es triste ver como una parte de Colombia se asombra de temas que no eran divulgados anteriormente, porque tristemente son colombianos de ciudadanía pero no de corazón, a los cuales no les importa ponerse en contexto sea bueno o malo y que siguen sin importarles que nos pinten la cara y que soslayen las infamias de aquellos que se ganan más de veinte millones de pesos. Lo que da a entender es que Colombia es un país de conformismo y que carece de historia, porque como bien lo dijo Jaime Bateman Cayón en una entrevista: “hay que recurrir a la historia porque aquí tenemos mala memoria”, y  es esa historia negativa de fosas comunes y de víctimas que le debemos a nuestro narcoestado,dirigido por el domador de caballos.

¿Cuál es el problema de manifestar esas inconformidades por las redes sociales?

a) Revelarse ante el establecimiento nunca ha sido bienvenido acá en Colombia, como me decía una profesora en el Colegio, acá el que no les siga la línea de pensamiento y se revele, le dan paz, para la muestra de un botón Jaime Garzón.

b) El activismo está tomando una buena acogida por parte de la Colombia interesada en que se esclarezcan los hechos y se juzguen a quienes se lo merecen.

c) Son esos mismos activistas, en su mayoría, quienes han creado canales en YouTube y páginas en redes sociales, y aquí van las cosas que no le gustan al periodismo ni a los asesinos: están siendo claros, contundentes, sin decir ni más ni menos, no esconden absolutamente nada y para mayor dolor de quienes se han quemado las pestañas en las mejores Universidades de Colombia estudiando CSYP, esos canales de YouTube, con pequeñas emisiones de 15 minutos reproducen más de 100.000 vistas, tienen más de 70.000 suscriptores y para que los periodistas se la “mamen”, estos medios y estas emisiones tienen mayor audiencia.

Es que eso del narco paramilitarismo y narcopolítica no es nuevo, ¡No, no, no! Esos temitas los estoy escuchando desde que tengo uso de razón, lo que pasa, sucede y acontece es que gracias al “buen trabajo” de los periodistas, de la cúpula de RCN y de Caracol, eran temas ocultos, pero bueno… la dictadura esta presenten en todos los sectores, por eso se llama así, dictadura, la dictadura limita la falta de criterio y pensamiento.

Seamos sinceros, quien se iba a imaginar que un político que ha tenido tanto poder durante sus años en esta rama y sobre el país se sintiera acorralado, no por la justicia, porque era obvio que no iba a pasar, sino por las redes sociales; quien iba a pensar que con  rotar un link de WhatsApp, sacarle memes, respostearlo, ponerlo de tendencia en Twitter con un hashtag de “Uribe paraco”, con crear páginas en Instagram o canales en YouTube para entablar conversaciones con quienes lo tratan de asesino y con sacarle una serie corta pero sustanciosa. Las redes sociales de una u otra manera también difaman, son un arma de doble filo. Ahora si van a saber quién era el verdadero Uribe, porque como según él y sus defensores, el apodado “Matarife” siempre ha estado  limpio de todo hecho que se le investiga.

Mis respetos y admiración para los influencers, políticos y periodistas de la verdad que son perfilados por abrirnos los ojos.