18-marzo-2020.

Siempre me han intrigado esas personas que parecen saber, desde pequeñas, cuál es el papel que les toca interpretar en la vida.

Una de ellas es la escritora Rosa Montero, conocida en Twitter como Bruna Husky, nombre que le dio a su avatar en la plataforma virtual Second Life, sin saber que años después se convertiría en la protagonista de sus novelas: Lágrimas en la lluvia, El peso del corazón, Los tiempos del odio y una cuarta que tiene en miras de escribir, si no es que ya lo está haciendo. Montero afirma que Husky es el personaje más cercano a ella, pero más exagerado y más bestia.

Montero, madrileña, estudió periodismo y psicología y desde 1976 trabaja para el diario el País. Su carrera está plagada de premios y reconocimientos, entre los que se encuentran: Premio mundo de entrevistas (1978), Premio Nacional de Periodismo para reportajes y artículos literarios (1980), Premio Nacional de las Letras (2017), entre otros, aunque cuenta en su libro La Loca de la Casa que ni el éxito, ni el fracaso, y ni siquiera los premios han sido nunca una prueba fiable de la calidad de una obra.

La tuberculosis la mantuvo en casa de los 5 a los 9 años, y como nadie le daba clase leía muchísimo. Las primeras palabras que aprendió a decir fueron: “suerte, papá”, porque así era como familiares y amigos despedían a los toreros antes de una faena: “suerte, maestro”, y su padre tuvo esa profesión en un momento de su vida.

Cuando tenía 8 años convirtió un cuaderno escolar en una revista titulada “De todo un poco”, que le hacía honor a ese nombre y contenía: recetas de cocina, poemas, calcomanías de anímales con su respectiva descripción, e incluso un test: ¿Eres desordenada? Quizá lo más llamativo de esa miscelánea de letras, era una entrevista a su padre que cubría toda una página: “Interviu a Pascual Montero”, que en realidad era una entrevista a la esposa, es decir, su madre. Después de esa vendrían más de 2000 entrevistas a grandes personajes entre escritores y figuras públicas como: Julio Cortázar, Indira Ghandi, Paul MacCartney, Yasir Arafat, Doris Lessing, entre otros, algunas de estas finamente seleccionadas para el libro: El Arte de la Entrevista. 40 años de preguntas y respuestas.

Ha sido traducida a más de 20 idiomas y lleva a cuestas cientos de artículos periodísticos y más de 20 libros divididos en colecciones de relatos, novelas y otros que no caben dentro de esas categorías como: La Ridícula Idea de no Volver a Verte, un libro bellísimo que explora los diarios de Marie Curie y la relación de estos con su vida y la de todos, y La Loca de la Casa, un homenaje al arte y profesión de escribir, salpicado con aspectos autobiográficos. Ha dedicado su obra a la exploración de temas que la obsesionan: la muerte, el amor, la vejez y el paso del tiempo.

En una nota inicial de su libro de relatos Amantes y Enemigos, Montero explica que prefiere hacer novelas que cuentos porque las primeras ofrecen más lugar para la aventura, un viaje más largo, un territorio en el que casi cabe todo. Sin embargo, afirma que los segundos ayudan a salir de bloqueos creativos y que pueden ser una especie de sonda lanzada hacia un nuevo campo de expresión.

Desde que leí El Peso del Corazón le sigo el rastro y procuro leer, como mínimo, uno de sus libros al año. Sé que recomendar libros o autores es una tarea muy difícil, por eso no les voy a decir cuál de sus libros me parece el mejor o cuál creo que deberían leer. Si todavía no la han leído, solo les pido que le den una oportunidad, que se acerquen a su vasta obra y escojan uno de sus libros a puro feeling, de pronto resulta ser esa lectura que tanto han buscado y que todavía no ha llegado a sus vidas.

“Siempre he pensado que la narrativa es el arte primordial de los humanos. Para ser, tenemos que narrarnos, y en ese cuento de nosotros mismos hay muchísimo cuento: nos mentimos, nos imaginamos, nos engañamos.”

– Rosa Montero, La Loca de la Casa –