28-febrero-2020.

Recuerdo que cuando era niño no era común encontrar acá los juguetes o electrodomésticos que se veían en películas o la TV. Si alguien los tenía, muy probablemente es porque lo había traído de su viaje a Estados Unidos o Japón o había esperado meses a que se lo despacharan. Pero ahora Amazon ya nos tiene malacostumbrados a que podemos pedir en línea casi lo que sea desde cualquier lugar del mundo, y nos llega a la casa en pocos días sin movernos de la silla. Y nos desesperamos si se demora más de una semana. Por eso conviene preguntarnos qué tanto contribuye nuestra sed de estrenar, que tiende a aumentar, al impacto negativo en el medio ambiente.

El problema del transporte de mercancías

Cuando una caja sale de una fábrica o una bodega, seguramente va en un camión hacia un puerto donde un barco lo lleva a otro puerto, o un aeropuerto donde un avión lo lleva a otro aeropuerto. Allí la caja es recogida por otro camión, que la lleva a otra bodega, donde la recoge otro camión y así el ciclo se repite hasta que llega a su destino final. Tristemente, esos camiones con motor de combustión interna (MCI) son de los menos eficientes en el uso de la energía y de los mayores contribuyentes a la contaminación como vimos en la columna anterior, tanto por emisiones de carbono como de calor. Por eso, sin importar qué tan eficientes energéticamente sean los aviones o los barcos para transportar mercancías largas distancias, mientras haya tantos camiones con MCI involucrados el impacto seguirá siendo desastroso.

Hablando de aviones, aunque son más eficientes entre más grandes sean y mayores distancias vuelen, contaminan bastante por dos razones. La primera es que también queman combustible para producir elevación directa, similar a un esquiador que debe permanecer en movimiento para no hundirse en el agua. La segunda es que cuando vuelan en las capas superiores de la atmósfera los aviones liberan gases que contribuyen al calentamiento por efecto invernadero (GEI). Y aunque se asume que los barcos contaminan menos que los aviones, su 3,1% de emisiones de CO2 y 2,8% de emisiones de GEI va en aumento y se estima que crecerá un 250% para 2050.

Dirigibles como opción al transporte

Los dirigibles han estado por ahí desde antes que los aviones, pero fueron desplazados por éstos por velocidad y maniobrabilidad. Sin embargo, tienen varias ventajas interesantes:

Primera, vuelan por la elevación flotante ejercida por un gas más liviano que el aire, como Hidrógeno o Helio. Esto no requiere de ningún gasto de energía a diferencia de los aviones o helicópteros que deben quemar combustible para producir elevación directa. Ocasionalmente necesitan turbinas para maniobrar o ganar velocidad, pero su consumo es mínimo porque no las necesitan para volar, así que los dirigibles son mucho más limpios que los aviones, los barcos y los camiones.

Segunda ventaja, los dirigibles no necesitan pistas especiales ni producen tanto ruido comos los aviones. Así que podrían llegar directamente a las bodegas donde se almacena la carga, sin tener que usar camiones para la traigan de un puerto o un aeropuerto distante. Esto representa a su vez dos beneficios: no hay tráfico ni contaminación en  las ciudades asociada al uso de camiones y hace accesibles puntos geográficos tierra adentro donde un barco no puede llegar.

¿Qué significa para nosotros?

Si bien es cierto que un dirigible es más lento que un avión, sigue siendo más rápido que un barco o un camión, además de que es significativamente más amigable con el medio ambiente. Y en país como Colombia, donde tenemos una geografía tan variada y difícil, dejar de depender de los camiones para transportar carga por grandes distancias puede ser una ventaja competitiva enorme. Quien sabe, tal vez esos universos alternativos o retrofuturistas donde los cielos están poblados con dirigibles no estaban equivocados y prueben ser nuestra mejor opción para sobrevivir y prosperar.