31-octubre-2019.

Por: Luisa Fernanda Hernández.

Las metas en la vida personal del hombre se han vuelto casi que una prioridad. Cuantos más objetivos te traces, más exitosa será tu vida. El éxito no está tan lejos de las comodidades, lujos o riquezas, es algo así como una vida llena de placeres.

Iniciemos con que el coaching es indudablemente un negocio. Que llega con fuerza a través del discurso de cómo enfrentar tus problemas, cómo superarlos y cómo modificar tu conducta en pro de los objetivos personales y profesionales no alcanzados. Todo esto, se propone a través de alternativas mediadas por la modernidad, pues es la red su punto de partida.

Según el diccionario de la RAE, ‘coach’ se define como la persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal. Quiere decir que, si eres parte de este modelo, serás entrenado para adquirir herramientas para la acción y el aprendizaje que necesitas para definir tu ruta y visualizar tus metas.

Sin embargo, al ser un negocio, ha posibilitado que todos quieran acceder a él por los beneficios que genera. Por ende, hoy todo mundo quiere ser un ‘coach’. En definitiva esto no es una nueva estética. Hace algunos años todos querían ser Youtubers, Instagramers, Community Managers, y el ‘boom’ de la actualidad resume todo esto en redes sociales ¿Por qué? Donde pasas la mayor parte de tu tiempo, ahí está el dinero.

No está mal que todos quieran ayudarte, a lo mejor, ser parte de un grupo espiritual o de apoyo sería una mejor idea ¿no? Lo que no me cuadra, es el porqué indicarte cómo vivir tu vida. Cómo elegir qué deporte practicar, qué comida consumir y qué lugares visitar; solo para volver tu vida un poco más interesante y atractiva ante los ojos de los demás. Dilema que resulta dudoso cuando te das cuenta que ni siquiera ellos han podido trazar una ruta de acción en el alcance de sus objetivos.

Con esto, no quiero restarle importancia a los profesionales que se toman su papel muy enserio. Es más, algunos no solo enfocan su trabajo desde el área empresarial, sino que trabajan la parte psicológica en sus participantes, pero es la realidad. Nos hemos enfrentado a falsos “expertos” que utilizan sus métodos para conseguir personas introvertidas, traumáticas o con necesidades económicas.

Además, el proceso puede resultar incluso más traumático de lo que se imaginan. Las famosas terapias de confrontación y catarsis no son del todo significativas sin un verdadero profesional a cargo. No se puede jugar así con la salud mental de los individuos. No está bien que este tipo de entrenamientos en ocasiones no cuente con el mínimo profesionalismo que garantice principios éticos y metodológicos.

De estos se producen a diario. ¿Quieres ser tu propio jefe?, haz parte de esta nueva experiencia empresarial, etc. todo esto es tan fastidioso. Lo más preocupante, es que se enriquecen a causa de esto, tal vez porque las personas necesitan que les digan qué hacer, hacia dónde ir y qué decisión tomar. El ser humano, aunque no lo crea, concentra su energía en algo superior a él.

Más que un curso, se vuelve una “familia”, al menos eso es lo que te hacen creer. Si te encuentras solo, o tu pareja rompió contigo, este tipo de entrenamientos harán que te sientas mejor, al menos por los siguientes tres meses. El compromiso y símbolo de la hermandad te mantendrán ocupado, y el trabajo en equipo te hará más fuerte y asertivo ante los problemas; probablemente, veas un avance. Pero, cuando hayas terminado de pagar la última sección del curso volverás a tu vida rutinaria otra vez.

Tan sencillo como tomar una pastilla para el dolor de cabeza, esperar 12 horas y volverla a tomar porque el dolor continúa. Es así como funciona el “coaching”. Sus ingresos aumentan cuando tú decides salir de tu vida triste y agobiada para ir en busca de tus sueños y alcanzar la felicidad. Y créeme, eso lo puedes pensar estando en tu cama o en la cocina mientras te devoras un pastel de chocolate.

La realidad es esta, nos enfrentamos a una cantidad de experiencias modernas que hoy por hoy invaden nuestro entorno. Una infección bastante severa de la que no todos logran salir, y cuando lo hacen terminan peor. A diferencia de otros que encuentran el camino de la verdad, intentan ser profesionales en su proceso y adquieren más destrezas de las que tenían. Son dos caras de la moneda, que sin duda dejan mucho qué decir. Sin embargo, es mejor curarse en salud cuando la infección llegue.