septiembre 9, 2019

¿Te puedes imaginar un aparato capaz de ‘cosechar’ la energía del sol para el uso y beneficio de la humanidad? Suena descabellado, sí, pero según el astrofísico Nikolai Kardashev es algo que una civilización de tipo II puede lograr.

Para tocar el tema con mayor claridad, primero debemos entender que Kardashev trabajó un largo tiempo con el SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence) y mientras lo hizo, propuso unas categorías bastante útiles en las que podemos identificar los tipos de civilizaciones de acuerdo con su capacidad de aprovechar la energía a su disposición.

Siendo así, exploremos las tres que propuso Kardashev y las demás que otros entendidos del tema han propuesto:

Civilización tipo 0

Una civilización capaz de aprovechar la energía de los recursos en su propio planeta, pero no por completo.

Aquí estamos nosotros, a un 0,73 del progreso requerido para considerarnos parte de la siguiente categoría. Si bien no estamos lejos y algunos conceptos involucran un poco de ciencia ficción, es una buena noticia que estemos cerca de alcanzar ese umbral.

Es probable que tus nietos vivan para el momento en que alcancemos la primera categoría.

Civilización tipo I

Esta es una civilización que aprovecha y cosecha toda la energía posible de su planeta, lo que daría la impresión de sumergirnos en un videojuego.

Como consecuencia, tienen un control total sobre el planeta, capaces de: alterar el clima, generar terremotos o modificar las placas tectónicas, y poner a su disposición el control de la flora y fauna.

Civilización tipo II

Aquí ya podemos hablar de civilizaciones interestelares, seres que podrían parecer dioses para nosotros, porque son capaces de cosechar la energía de una estrella; en nuestro caso, el sol.

Los efectos secundarios son varios, porque al controlar la energía de una estrella también pueden influenciar en su órbita, sus procesos químicos internos y la forma en que afecta el resto del sistema solar.

A largo plazo, cuando la estrella se consuma por completo, podrían aparecer intenciones de conquista en busca de otra fuente de energía. Su desarrollo tecnológico sería tal, que si fuéramos víctimas de una civilización tipo II en estos momentos, no habría mucho que pudiéramos hacer para defendernos…

Civilización tipo III

Como debes imaginarlo, esta civilización crece a un nivel galáctico, lo que significa que son capaces de cosechar energía de todas las estrellas en su barrio galáctico, con colonias en todos (o la mayoría) de los sistemas solares.

Y aquí es cuando se comienza a poner interesante…

Estos seres serían capaces de alterar los sistemas solares a su merced: mover planetas y estrellas, combinar unos sistemas con otros, crear planetas o destruirlos; la galaxia sería el tablero en el que jugarían con todo lo que hay en él.

Civilización tipo IV

Aquí ya involucramos el universo por completo.

Esta civilización tendría a su alcance la energía de varias galaxias y, con ello, podrían ser capaces de alterar el espacio-tiempo y la entropía del universo, rozando la inmortalidad.

Civilización tipo V

Te invito a un café para hablar de esta categoría, pero primero dejas tu sentido común en la puerta y te preparas para hablar de la Teoría de Cuerdas sin enloquecer.

En este punto hay seres capaces de controlar la energía de varios universos, lo que les otorga la habilidad de alterar la realidad que percibiríamos.

Si no entiendes muy bien, relájate. Siéntate y cómete una galletita. Welcome to the club!

Civilización tipo VI

Finalmente, hablamos de cosechar la energía de varios universos y, por qué no, multiversos. No solo eso: serían capaces de crearlos y destruirlos con toda facilidad.

Aquí tenemos conceptos más abstractos, como seres que viven por fuera del tiempo y el espacio que conocemos.

Si pudiéramos verlos, serían lo más cercano a la perfección que podamos imaginar y nosotros seríamos motas de polvo que pueden mandar a volar con un soplo.

Crédito de fotografía: ‘NASA’