14-agosto-2020.

Álvaro Uribe Vélez, para algunos el Presidente eterno, el Gran Colombiano, el que se encargó de frenar a la guerrilla de las Farc en su momento de mayor auge, pero al que también otros acusan de cohonestar con el paramilitarismo, de ejercer el poder corruptamente (Yidispolitica, parapolítica, Odebrecht) y para quien pareciera que el fin si justifica los medios.

Sin duda alguna, uno de los actores políticos más relevantes de la historia política reciente del país que ha incidido en la elección del Presidente y en conformación del Congreso de la República desde el año 2002. Uribe ha tenido la capacidad de polarizar el país entre quienes lo apoyan y quienes no, y a través de un discurso guerrerista y bajo la amenaza al miedo, por ejemplo, de volvernos como Venezuela o a que la ideología de género se tome el país, ha logrado imponer su agenda política a la opinión pública a su antojo en los últimos 18 años de vida política del país.

La semana la pasada la Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia (diferente al caso de Jesús Santrich que fue dejado en libertad por la Sala Penal de la Corte) ordenó detención domiciliaria para el expresidente por una presunta participación como determinador de los delitos de soborno y fraude procesal en el caso que lleva la Corte entre el Senador Iván Cepeda y Uribe.

Inicialmente el expresidente acusó a Cepeda de visitar cárceles para fabricar testigos en su contra, pero en 2018 la Corte determina que quien podría estar manipulando los testigos es Uribe y por eso es por lo que hoy ha perdido su libertad. Pero más allá de si es culpable o no (eso lo determinará la justicia), esta decisión tiene un impacto político muy fuerte en el país. Si bien es cierto el Presidente Duque fue elegido por el Centro Democrático, el partido internamente esta fracturado entre los uribistas mas radicales que no ven a Duque como verdadero representante de la doctrina uribista y no le perdonan que en varios cargos haya mantenido funcionarios del gobierno anterior, y entre quienes si son gobernistas.

Entonces, se genera la duda ¿tendrá Duque la capacidad de ser jefe del partido y jefe de gobierno? Es poco probable, la cohesión del uribismo ha girado siempre en torno a Uribe y sin él en el ruedo es probable que los más radicales rompan relación con el Presidente por completo. Adicionalmente, estamos a aproximadamente año y medio de elecciones y este fuerte golpe ante la opinión pública puede debilitar al uribismo frente a las próximas elecciones.

Además de la detención domiciliaria, esta semana el Tribunal Administrativo de Cundinamarca condenó a la nación por haber chuzado a Gustavo Petro y su familia durante los años 2006 a 2009 (tiempo en que Uribe era Presidente). Es decir, su máximo contradictor político sale fortalecido en medio de la crisis que esta viviendo el uribismo. Finalmente, y no por eso menos importante, esta misma semana el Senador Uribe fue diagnosticado con Covid-19, lo cual también pone en riesgo su salud.