1-noviembre-2019.

Por: Juan Manuel Obregón.

Columnas atrás había señalado que los jóvenes que veía en las aulas de clases, con aspiraciones, motivaciones y experiencias de vida tan diferentes, debían formar el carácter y la templanza necesarios para enfrentar la vida de manera alegre, positiva, prospera y exitosa. Que debían luchar sin descanso, pero en equilibrio y armonía por sus metas, objetivos y creencias.

Hoy después de las elecciones del pasado 27 de octubre, me he sorprendido gratamente, ya que muchos jóvenes fueron elegidos en los cargos de elección popular; unos de manera independiente y otros tantos como parte de partidos políticos tradicionales. No importa de dónde, lo que importa, es que se sintió la brisa fresca de la renovación y un bálsamo de alegría por la esperanza de cambio y renovación.

Ahora la tarea es más ardua mis queridos jóvenes. Ya entraron a la arena del sector público, su gestión será fundamental y serán medidos con una vara muy alta, por lo que deberán tener la capacidad, conocimiento y saberse rodear muy bien.

Deberán estructurar programas, planes y políticas públicas, que efectivamente resuelvan las necesidades de sus ciudadanos. El empleo, la educación, la movilidad, la seguridad, el medio ambiente y el cierre de las brechas de desigualdad serán su norte, donde deberán, con astucia, habilidad argumentativa, sensibilidad social y amplio conocimiento, liderar estas transformaciones.

Los ojos de muchos estarán puestos sobre ustedes, por lo que deberán caminar con aplomo por el sendero de la ética, la transparencia y las buenas maneras. Luchar sin descanso por la reivindicación de los derechos de los menos favorecidos, por las políticas sociales incluyentes y por la igualdad de oportunidades.

¡Enaltezcan el nombre de Colombia y hagan las cosas de manera diferente! Deben atreverse a confrontar el régimen, del que tanto habló el pensador y luchador político Álvaro Gómez Hurtado, pero háganlo con propiedad, con estudios, con argumentos, con sensibilidad social y con profunda humildad.

Ojo con caer en las malas prácticas políticas, la desidia, la deslealtad, la grosería y sobre todo el caudillismo y los pensamientos extremos que no valoran las diferencias y el libre pensamiento.

Les auguro el mayor de los éxitos, no solo porque me parecen unos verracos, valientes e inteligentes jóvenes, sino porque de su éxito, depende en parte las transformaciones que tanto necesita Colombia y su gente.

Finalmente, les recomiendo dos libros sumamente interesantes que les darán una visión reveladora del papel del Estado en el desarrollo de los países y de los límites imaginarios que las creencias o los estados imponen, se llaman “Utopía para realista” del escritor Holandés Rutger Bregman y “El Reino de Dios está en vosotros” del genio Ruso Lev Tolstoi.

¡MUCHA SUERTE Y ÉXITOS!