20-noviembre-2019.

Como yo, creo que muchos hemos ido a una tienda de café de calidad y pedido “por favor, un tinto cargado, oscuro… color petróleo”. Les puedo contar que es lo más absurdo que usted puede pedir y no es nuestra culpa, a muchos nos criaron con café colado con agua panela y aunque he sido ilustrada en torno a este tema, no les puedo negar que en algunos momentos regreso a mi tinto cargado, color petróleo y no es malo ¿cómo negar la historia de nuestra vida?

No obstante, somos consumidores diferentes. Más allá de buscar lujo, prestigio posicionamiento, o continuar la cotidianidad heredada de nuestra casa materna, buscamos experiencias y un consumo responsable, es decir, además de valorar la calidad del producto también nos importa quiénes han trabajado en él.

Okafe Roasters es esa marca que además de vender buen café, le preocupa los productores y que realmente seamos un país cafetero, ya que lo somos por suerte. A través de Fernando Oka, Daniel Torres, Nicolás Saldarriaga y Vivian Sánchez, aprendí lo siguiente:

En el mundo existen tres especies de café, el libérica, el arábico y el robusta, estos dos últimos de mayor importancia comercial. El robusta se caracteriza por ser amargo, con mayor porcentaje de cafeína y cuerpo, mientras que el arábico tiene un sabor más dulce o frutal, acidez pronunciada y es la variedad que se produce en nuestro país. Las principales subespecies de café arábico que se cultivan en Colombia son Típica, Borbón, Maragogipe, Tabi, Caturra y la Variedad Castillo, adicionalmente, también podemos encontrar variedades de acuerdo a su denominación de origen como el café del Cauca, del Huila, de Santander, de Nariño, de la Sierra Nevada y del Tolima.

Por otro lado, la calidad y el sabor de la bebida de café depende de muchos factores, por ejemplo, origen genético, latitud, altitud, clima del lugar de cultivo, proceso de cultivo, trilla, almacenamiento, tostación y preparación de la bebida. Cada tipo de café, con base a su variedad y a la calidad, tiene un carácter que lo identifica, lo que los expertos llaman “cuerpo”, unos son más buena gente otros son de temperamento fuerte… finalmente, cada variedad brinda experiencias y sensaciones más que agradables, algunos nos transportan a otra época, otros calman, otros activan, en pocas palabras, se disfrutan y cumplen un objetivo según el contexto.

Otro tema importante que debemos saber, es que la calidad del café no se mide por su valor nutritivo, como normalmente valoran los alimentos. Como se ha venido mencionando entre líneas, la calidad de la taza de café se mide a través de las características sensoriales teniendo en cuenta el aroma, el amargo, la acidez, la impresión global y el cuerpo. Hasta ahora, solo he logrado entender el aroma y el cuerpo, tal vez el amargo, pero seguiré practicando.

Por último, para adquirir un buen café, no se les ocurra pedir una librita de café que después de preparado quede como un “tinto oscuro, cargado, etc.” porque tal vez se le burlen, ya que un buen café no necesariamente debe quedar oscuro, para que quede bueno. Lo que si se les puede ocurrir, es exigir una etiqueta con la siguiente información: fecha de elaboración, fecha del tostado, la finca donde se cultiva, origen (región o país), el productor, variedad a la que pertenece, proceso o beneficio y perfil.