20-marzo-2020.

Por: Diony Ico Brath.

Sentada, esperando un vuelo a un destino que embarca sueños ambiciosos, respirando, esperando que los minutos que parecen horas, pasen, minutos que obligan a reflexionar en todos los aspectos de la vida… en evaluar si existe algún pendiente, algún adiós y un secreto que en un futuro no carcoma el alma por no contarlo y finalmente un adiós que permita al corazón seguir trabajando. 

Minutos tan extensos que permitieron reflexionar de mi vida profesional, resumí que han sido 4 años de puro Rock and Roll, Metal y un poco Heavy. Afortunada de las oportunidades y experiencias laborales que he tenido. Cada una, me deja grandes enseñanzas y personas que quisiera santificar, pero no puedo porque se tornarían inalcanzables, que la falta de ética y la corrupción viene de las personas que menos esperas, que el emprendimiento no es tan fácil como lo pintan, aunque la satisfacción es infinita, que el empoderamiento no es solo de las mujeres y que el ámbito profesional no significa relaciones estrictamente profesionales (gracias a la Delegada de Rifas y Espectáculos, a la hermana gemela de Billie Eilish, a la Flaca del GYM, al ser de luz, la empresaria, a la maestra Oogway, al DJ de los clásicos de la salsa, a los bagres, al teórico, a la chica Colciencias, a la ingeniera, a las estimadas, a la súper Secre, el ciudadano del mundo, el de la prensa francesa, a los que no están…).

La reflexión del aspecto personal (léase como aspecto amoroso), hizo aún más largos los minutos, reconocí mi loco impulso de estrechar lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos. Tal vez fue una decisión que tomé inconscientemente hace 4 años, como estrategia para lograr mis metas profesionales, también con el objeto de evitar curtir mi capacidad de amar incondicionalmente. Diversidad de estrategias que se implementan, esperando el imposible de aprender a amar, pero esta vaina no se aprende, y en el momento menos pensado dichas estrategias son inútiles para mantenerse fuera de su alcance (de la “enamoración”- ese cosquilleo y ansiedad que se manifiestan en tu cuerpo cuando ves a esa persona y son una locura cuando tienes un desorden hormonal).

Pensé, que “Mi One” como el One de #SusanaYElvira se había embolatado o yo lo había ignorado u omitido, hasta que, sin pedirlo, sin buscarlo, se presentó. Logró el mayor puntaje (a veces la racionalidad nos impulsa a evaluar todo con puntos, como dice la manizalita). Él me ubico en ese inquietante y misterioso destino que he querido evitar en los últimos años, ese futuro difícil de pronosticar… Aún tenía tiempo de sobra, era mi oportunidad para llamarlo, contarle mi secreto y decir adiós.

(…) Quiero decirte gracias, reconozco que di por sentado haber perdido la capacidad de amar, dos almuerzos, varios cafés, deleitarme con tus conversaciones e historias de vida, me invitaron a revisar nuevamente dicho criterio. Tal vez mi falta de práctica para expresarme en esta situación me motivó a alejarme, además del anacronismo de tu presencia en mi vida, me obligaban a actuar con prudencia. Sabía que debía mantener distancia, ya que mi gusto no era meramente sexual, aquellos encuentros de fácil gestión, y en ocasiones con agendas periódicas… esta atracción era y es de una complejidad extraordinaria, masoquista pero satisfactoria, que prefería evitar. Por eso, a través de esta confesión quiero decirte gracias y un adiós que guarda la esperanza de “espero verte pronto”.

Espero que el día que deba llamarlo para evitar “mi que tal si”, o arrepentimientos inútiles, tenga la valentía de contarle mi secreto y pueda decirle un adiós lleno de satisfacción y tranquilidad.