25-noviembre-2019.

Un día antes del paro nacional me preguntaba qué tan acertado sería para los colombianos manifestarse en tiempos de desesperanza y absoluta indignación frente al Estado, que sin duda es el responsable del caos, aun cuando muchos de los ciudadanos no tienen claro el porqué del asunto.

Mientras transitaba por la ciudad a eso de las siete de la noche, sonó una de esas emisoras jocosas, esas que yo llamo carnavalescas. El tema del día efectivamente era el paro nacional y sus rutas de acceso para que la población civil participara y estuviese enterada de los puntos de encuentro. Hasta ahí solo mera información. Ya después acompañó la música y uno que otro bachecito de fondo.

Éramos 4 pasajeros, todos expectantes por el día de mañana y con la plena seguridad de que este suceso sería lo mejor para el país. Todo iba bien hasta que después de dos salsas bien pesadas, el locutor informa que posiblemente habría un toque de queda ante el acontecimiento en caso de presenciarse acciones violentas. De hecho, medios de comunicación como El Tiempo, manifestó que el Gobierno Nacional expedirá un decreto que aprobará a los alcaldes y gobernadores del país tomar decisiones extraordinarias con el propósito de garantizar la seguridad y el orden público este jueves 21 de noviembre.

Hasta el momento ambos medios dieron a conocer de manera oportuna dicha información. Sin embargo, como la radio es la radio, no dejó de inquietarme por qué unos segundos después de dar la información el presentador expresa la siguiente frase: “Yo no soy periodista, pero hablo webonadas”. Formalmente, la frase se acompañó de risas características del programa, y continuó con su programación musical.

Ahora yo me pregunto: si los medios de comunicación no se están tomando enserio la realidad nacional ¿entonces quién? Porque si la labor del periodista en estos casos, que es pertinente, es burlada por él mismo, no hay mucho que decir para los colegas.

Sé que hay un público fiel y que la sintonía sobrepasa no sé cuántos porcentajes. Pero si de algo estoy segura, es que no todo se disfraza de humor. No a todos nos da risa. Porque más allá de la burla existe una crítica al medio y una crítica al profesional, que hoy por hoy es el encargado de informarle a la audiencia con total transparencia lo que a su alrededor está ocurriendo.

Un micrófono nos hace un puente entre el público y las instituciones, el poder y la oligarquía. Cada palabra es considerada como la verdad absoluta, porque cierto o no, aún creen en esos medios elitistas y de familias poderosas. La audiencia sigue escuchando radio por las buenas obras y la jerga con la que algunos se identifican.

No está mal, pero vos que sos comunicador, periodista, locutor y que estás a punto de salir a un paro nacional a marchar por eso que tanto te indigna, te recomiendo que primero te creas con certeza lo que decís frente a un micrófono pues lo único que se vuelve una webonada es tu actitud nefasta frente a ello.