13-septiembre-2017.

La respuesta es: ni idea. La razón es que las tendencias que venían más o menos claras se desbarataron con la masificación de dos fenómenos tecnológicos: la posibilidad de organizar la producción en red y la computación móvil. Como civilización, apenas nos estamos adaptando a ellos y a sus muchos usos diferentes, por lo que es muy pronto todavía para decir cuáles usos desaparecerán y cuáles acabarán imponiéndose. Sin embargo, yo le apuesto a dos tendencias que seguramente harán parte de la actividad periodística en las próximas décadas:

Periodismo de videojuegos

Los videojuegos ya mueven US$74.9 miles de millones mundialmente. El estimado para 2020 es de US$90.07, superando a otras formas de entretenimiento como el cine. Son parte cada vez más importante de las narrativas transmedia (historias contadas en diferentes formatos y plataformas que se complementan) que están en todo, desde entretenimiento hasta educación e iniciativas sociales. Por eso ser capaz de identificar y entender lo que está pasando en el mundo de los videojuegos será una habilidad cada vez más necesaria para los periodistas.

Redes de periodistas antes que grandes corporaciones de medios.

El gran pecado del periodismo fue permitir que los medios se volvieran corporaciones para las cuales es más importante la rentabilidad que la función social que se supone deben cumplir. Por eso no es raro que se quejen de que el negocio va mal cuando ahora hay más lectores que nunca. Mi apuesta va a que cada vez los periodistas se van a especializar y a colaborar en redes alrededor de temas muy concretos en los cuales se han ganado una reputación. De esta manera quienes desconfiamos de los grandes diarios y canales de televisión porque no representan nuestros intereses sino los de sus dueños, vamos a tener opciones, como ya está pasando con algunos YouTubers. El experto Hugo Pardo Kuklinski resalta varias tendencias que también creo que van a ayudar a dar forma al periodismo de las próximas décadas:

Hiperlocalidad en tiempo real

Será muy importante ayudar a la gente a encontrar sentido a lo que pasa en su entorno geográfico inmediato, como ya ocurre cuando consultamos Waze para evitar un trancón causado por un accidente más adelante. Cada vez nos interesará más saber por qué en nuestro barrio se va el agua o cómo podemos ayudar a una familia a pocas cuadras que está en problemas y los periodistas que logren satisfacer esa necesidad se convertirán en los preferidos de los usuarios.

Economía de la reputación

Antes el prestigio de un medio (periódico, estación de radio o canal de televisión) era el que legitimaba la labor del periodista. Pronto será los usuarios que sigan las publicaciones del periodista los que lo legitimen. Si lo que publica es relevante, oportuno y merece credibilidad ganará más seguidores, que a través de mecanismo de crowdfunding o patronazgo harán posible que el periodista pague su labor sin depender de una corporación que le pague un salario.

Segmentación de intereses de los usuarios

Cada vez serán menos comunes los temas que interesen a todos y al mismo tiempo. Los usuarios hablarán de muchos temas entre ellos e interactuarán con los periodistas especializados que consideren expertos en esos temas.