19-julio-2018

En muchas películas y libros, los robots suelen ser enemigos de los seres humanos: despiadados y brutales por su aparente insensibilidad. No es el caso real de dos robots: un Wall-E y un Lego, que les ha permitido a 30 estudiantes de la Institución Educativa Simón Bolívar del municipio de Zarzal, Valle del Cauca, enfocarse en proyectos tecnológicos, mejorando así su conducta y aprendiendo de todo un poco.

Uno de los grandes temores de la humanidad, es que otras formas de vida, como las de los robots, cambien las reglas del juego de la existencia en el planeta o en el universo, como aparece en las reconocidas películas de “Terminator” y “Blade Runner”. Sin embargo, también hay escenarios del tipo “Big Hero”, o “Yo, robot”, en los que, por lo general, las máquinas son mucho más amigables con el ser humano.

Ejemplo de ese segundo caso, es la función que cumplen dos robots desarrollados en la Institución Educativa Simón Bolívar de Zarzal, en donde se ha implementado una estrategia educativa que, a través de ellos, ha permitido no solo corregir la conducta de los estudiantes, sino también, posibilitarles a cerca de 30 jóvenes de grados octavo, noveno y décimo, el aprendizaje de nuevos campos de gran impacto industrial, a partir de la robótica.

El Comienzo

Hace cuatro años en el colegio, cuando Jhon James Franco, estando en grado sexto de bachillerato, hacía junto a otros de sus compañeros, un ambiente difícil para que los docentes pudieran enseñar.

La casa autosostenible es una maqueta de la oficina del colegio con panel solar para trabajar energías limpias, lo que les permitiría ofrecer mejor atención al público así se vaya la energía tradicional. El sistema de la maqueta se enciende y apaga desde el celular y cuando alguien quiere entrar a la oficina, llega un aviso al dispositivo móvil.
Otro de los proyectos, es una réplica de un bastón inteligente, desarrollado para facilitarl la movilidad a los usuarios con discapacidad visual, ya que, al aproximarse a obstáculos, emite un pitido que le señala detenerse antes de chocar.

Por su parte, los robots de Lego y Wall-E, operados con energía solar, tienen como finalidad incentivar a los estudiantes a la lectura. Durante los descansos, Wall-E dice: “Soy Wall-E, acércate a mi carreta mágica y descubrirás cosas muy lindas”, y en ella, hay mensajes que muestran: “reclama un cuento, realiza un dibujo”, y actividades diferentes que direccionan al estudiante a lectura. De igual manera, el robot de Lego funciona en reemplazo de Wall-E cuando éste se descarga.

Robots Conciliadores de Paz

El nombre general del gran proyecto que integra la elaboración de estos aparatos tecnológicos, es: “Con la robótica hacia un camino de paz”, manifiesta Ligia Guzmán Castro, docente del Área de tecnología de la institución, quien ha acompañado este proceso educativo con otros profesores; y señala que: “gracias a esta iniciativa, los 30 jóvenes que están participando desde diferentes grados de secundaria, se han convertido en excelentes estudiantes en lo académico y lo disciplinario”.

Pero este trabajo educativo ha sido un esfuerzo mancomunado entre diversos actores, entre los que están la Alcaldía de Zarzal y la Universidad del Valle Sede Zarzal, quienes, con el fin de promover la ciencia, tecnología e innovación, han procurado que los niños y jóvenes aprovechen su tiempo libre de forma adecuada.
Además, es una forma de “promover el paso o interés de estos niños para que continúen su proceso educativo ingresando a la universidad”, señala Julián Enrique Castro Segura, docente de la Universidad del Valle Sede Zarzal, quien ha aportado conocimiento y asesoría para los proyectos de los estudiantes, de la mano con Walter Torres, Decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad del Valle Sede Meléndez, quien apoyó la participación del proyecto en el Club de Ciencias y en Carpa de Melquiades en el 2017.