El consumo responsable de drogas invita a que las personas que consumen estas sustancias, psicoactivas y/o alucinógenas, puedan hacerlo de forma consiente y de manera consensuada. También, permite que las personas estén atentas a los cambios que éstas están teniendo en sí mismas y que puedan disfrutar de un viaje sanador, sin tener que abusar del mismo.

Por: Editorial El Clavo.

Por años, décadas, siglos y milenios se han criticado el uso de las drogas psicoactivas de forma recreativa, esto ha ocurrido principalmente por los tabúes que hay y por las personas muertas por sobredosis. Ante esto, una oleada de personas salió a ratificar que el uso de estas sustancias es de gran beneficio para el cuerpo y la mente humana, pero se debe aprender a usarlas. Consumo responsable de drogas, le llaman, y así han entrado a debatir en el gran mundo contemporáneo sobre si se deben o no prohibir estas sustancias.

En la década de los 80’s el auge de las sustancias como la cocaína o el LSD encendieron las alarmas a nivel mundial porque se tiene la primicia de que son las drogas las principales causantes de la delincuencia a nivel de los países donde más hay facilidad de conseguir las materias primas, entre esos está Colombia.

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También, en los 80’s, una gran oleada de “hippies” empezaron a crear un movimiento contestatario en donde aseguraban que el uso de drogas como la marihuana y el LSD o los hongos eran mucho más medicinales de lo que se creía. Este grupo de hippies era comandado por psicólogos, psiquiatras y civiles con gran potestad y voz dentro de estos grupos sociales.

Sin embargo, fueron tildando a estas drogas como nocivas para la salud, y las metieron en el listado negro de las drogas por parte de la ONU. “El más determinante y tajante de los planes políticos no vendría entonces de la juventud inconforme y contestataria al sistema de sus padres, sino precisamente del gobierno de Richard Nixon, autor intelectual de lo que se conoce como la “guerra contra las drogas” (The War on Drugs), quien en 1971 declaró el uso y abuso de sustancias como el enemigo público número uno” según el portal web The Maranta.

Según el portal web The Maranta, hay varios tipos de sustancias psicoactivas, estas son:

Narcóticas: alivian el dolor, inducen sensación de euforia y generan dependencia física. Las más comunes: opio, morfina, heroína y codeína.

Hipnóticas: producen sueño y estupor; como los barbitúricos, el cloral o las benzodiacepinas. Son adictivas y pueden tener efectos adversos sobre la salud.

Estimulantes: generan excitación y aumentan la energía física y mental. Su uso indiscriminado crea dependencia y puede provocar alteraciones psicóticas. Entre ellas están: la cocaína, anfetaminas, cafeína, tabaco, té y cacao.

Embriagantes: producidas por síntesis química. La más común es el alcohol. También se ubican en esta categoría el cloroformo, éter, la bencina, solventes y otros químicos volátiles.

Alucinógenas: producen alteraciones del orden sensorial, afectando las percepciones visuales, auditivas con riesgo a generar desórdenes psicóticos. Las más comunes: el cannabis (marihuana), el LSD, la mescalina, algunos hongos y la belladona.”

Pero, ¿cómo darse cuenta cuando hay un consumo problemático de sustancias?

Según el Ministerio de Salud de Colombia, “Un consumo es problemático cuando éste afecta la salud, las relaciones con la familia y amigos. También cuando altera las actividades diarias como el trabajo o el estudio, o cuando implica problemas económicos o con la ley. Se considera que todo consumo de sustancias lícitas o ilícitas en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia así como en niñas, niños y adolescentes, son problemáticos”.

También es importante aclarar que hay algunos grupos sociales que están en desacuerdo con el consumo de estas sustancias, por lo que las personas normalmente suelen sentirse ahogadas en problemas y buscan esa salida, pero también se encuentras en un estado de tristeza emocional porque también reciben malos comentarios y señalamientos por parte de la sociedad.

El consumo responsable de drogas invita a que las personas que consumen estas drogas puedan hacerlo de forma consiente y consensuado. Que estén atentos a los cambios que éstas están teniendo en sí mismos y que puedan disfrutar de un viaje sanador, sin tener que abusar del mismo.

“La cuestión no es si se deba o no consumir drogas, o que sea bueno o malo, sino que su prohibición y el tabú social que este tema implica no crean las condiciones para que se hable abiertamente acerca de ellas sin darles un peso moral, porque la información es importante sea porque se desee experimentar o no” según el portal web The Maranta.