
“Las cosas buenas suceden cuando se establecen prioridades”. Scott Caan.
Por: Zalathiel Cárdenas Bonilla
El título de esta columna pareciera plantear una falacia informal del razonamiento conocido como “falso dilema”, en realidad, el único propósito es crear conciencia en la ciudadanía y hacer un llamado de atención a las personas que agencian políticas públicas y “gobiernan”.
Por todo lo alto fue inaugurada el pasado 1° de junio una parte de la Plaza de Mercado de Jamundí, por parte del alcalde Andrés Felipe Ramírez. Este evento contó con un gran despliegue publicitario por redes sociales y se legalizó con la instalación de una placa, entrevistas, muestras culturales, Noti 5, entre otras. Si bien hay que reconocerle al alcalde su preocupación por modernizar la plaza de mercado, máxime cuando los que trabajamos en la Administración Pública sabemos lo complejo que es gestionar y ejecutar recursos; es necesario también sentar una voz crítica frente a los siguientes aspectos:
El dinero de la renovación de la Galería de Jamundí fue aportado por la Constructora Bolívar mediante la figura de las “cargas urbanísticas” (una especie de contraprestación que las constructoras que desarrollan proyectos de vivienda deben entregarle al Municipio). Lo paradójico de este asunto es que la Constructora Bolívar trasladó las cargas urbanísticas de los proyectos de vivienda “Pangola” y “Parque Natura” al centro de la ciudad. Lo anterior, necesariamente implicó despojar de obras públicas a los habitantes de estos sectores. Así fue denunciado por el aspirante al Concejo de Jamundí Stuart León a través de una Acción Popular interpuesta ante el Juzgado 2° de oralidad de Cali. ¿Irresponsabilidad de la Constructora o un favor al alcalde Ramírez? Juzguen ustedes mismos.
Si bien la renovación urbana es un elemento fundamental en la gestión del territorio y la gobernanza de cualquier mandatario, más aun aprovechando el papayazo de la Constructora Bolívar al alcalde; se deben priorizar las obras en consonancia con las necesidades de los ciudadanos. Si de prioridades se trata, para nadie es un secreto la emergencia educativa que atraviesan los jamundeños, un fenómeno que probablemente se deba a la cantidad de niños y jóvenes que han emigrado de Cali a esta ciudad porque sus familias compraron vivienda. Cifras no oficiales hablan de 2.500 estudiantes por fuera del sistema escolar, debido a que no consiguen un cupo en las instituciones educativas oficiales de la ciudad. Un déficit que sin duda está asociado con la insuficiente infraestructura educativa.
Bajo este panorama es válido preguntarse si: ¿no era prioridad la construcción de un Megacolegio para atender la demanda de estudiantes que hay en Jamundí? ¿No debía la Constructora Bolívar en cumplimiento de las cargas urbanísticas, construir un colegio en los Proyectos habitacionales de Pangola y/o Parque Natura? y esto me genera una pregunta adicional ¿Cuáles son entonces las prioridades del alcalde Ramírez que se precia de ser un comprometido con la educación a través de su Plan Huella “Educación para las Oportunidades”?
De cualquier manera, es urgente que la Administración Municipal encuentre una pronta solución a esta problemática. El Ministerio de Educación Nacional debe tomar cartas en este asunto, tenemos como viceministra de Educación Superior a quien fuera secretaria de educación de este gobierno y como secretaria de educación actual a una maestra. Conozco de varios niños y niñas de los sectores de Bonanza, Ciudadela Las Flores, Terranova y otros barrios de Jamundí que están en sus casas porque no pueden acceder al sagrado derecho a la educación, establecido entre otras en el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia. Al alcalde Felipe Ramírez le sugiero tomar en calidad de alquiler infraestructura educativa donde los estudiantes que están desescolarizados puedan acceder a sus clases ¿Por qué no aceptó en alquiler el Centro educativo Técnico Integral “C.E.T.I.” cuando su propietario se lo ofreció?
Su obstinación no tiene límites.
